Five

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- U-un café americano con... espuma y c-canela, por fa-favor.

- Perdona, bonita. ¿Has dicho con canela? –preguntó el hombre que la atendía en la barra.

- S-sí, señor. Y co-con espuma.

- Vaya, esa es una combinación algo extraña. Pero no hay ningún problema. Enseguida te lo doy –le guiñó un ojo y se dio la vuelta hacia su compañera para que preparara el pedido de Loren.

Un minuto más tarde, el hombre le entregaba un vaso blanco de papel con una sonrisa. Loren pagó por su café y el hombre volvió a sonreír, dándole las gracias y deseándole una buena tarde después de guiñar un ojo de nuevo.

La chica solo quería ir a una mesa tranquila y beberse su café. No quería que nadie le hablara, ni que le guiñaran un ojo ni que le sonrieran. Estaba con el agua al cuello, sentía tanta angustia dentro de su cuerpo que parecía que se iba a ahogar en sus propios pensamientos.

Loren se sentó en una mesa cerca de la ventana e ignoró al hombre de la barra, que la siguió con la mirada hasta que llegó a su mesa.

Todo eso estaba fuera de lugar. Aquel hombre había actuado fuera de lugar. Ella había actuado fuera de lugar con Ned y Peter. Todo lo que había pasado aquel día estaba fuera de lugar, qué demonios.

Primero, Peter la había acompañado hasta el instituto desde el tren, y sonreía de una manera muy extraña. Loren no sabía cuál era el motivo de su sonrisa, pero desearía sentirse igual de bien que él.

Después de eso, la pregunta de la señorita Mills sobre Dickens. Pregunta de la que ella conocía la respuesta, como en muchas otras ocasiones en sus anteriores institutos. Pero nunca antes había participado en una clase de esa manera. Siempre estaba callada, encogida en su pupitre intentando que nadie se diera cuenta de que ella estaba ahí. ¿Por qué esta vez había contestado? ¿Qué tenía de diferente este instituto que indirectamente la había hecho actuar de manera distinta? Eso era un misterio para ella.

Pero lo más misterioso era lo que había ocurrido con Flash Thompson frente a su taquilla. Sin saber muy bien por qué, le molestaba que aquel chico hablara mal de Peter. No soportaba oírle burlándose de Peter de esa manera. Sintió pena por él cuando Flash le preguntó si la estaba molestando.

Y la verdad era que cuando se acordaba de Peter, se sentía un poquito mejor. No tenía ni idea de cómo explicar esa sensación, pero le pasaba exactamente lo mismo con el hombre araña. Cuando recordaba cómo la había abrazado Spider-Man durante su ataque de ansiedad de la noche anterior, simplemente se sentía mejor. Más de una vez había pensado ya en que le gustaría pasar el siguiente ataque que tuviera de la misma manera. Nunca había sufrido un ataque de ansiedad acompañada de alguien que intentara consolarla y hacerla sentir mejor. Pero Spider-Man había logrado eso. Había logrado que su ataque durara incluso menos de lo que siempre dura, y eso ya era algo muy importante para ella. Y aún así, le asustaba el hecho de pensar en volver a ver a un desconocido que decía tener poderes y que lanzaba telarañas a los malos en su traje rojo y azul. A la vista de cualquier otro, podría parecer un imbécil cualquiera que se disfraza y dice tener poderes. Un loco. Pero Loren no pensaba así de él. Ella sabía lo doloroso que era ser un incomprendido, no querer contar la verdad por miedo a lo que piensen, por miedo a que piensen que estás loco o que no te entiendan. Ella lo sabía bien.

Y para colmo, después de todo eso, e ignorando su repentina atracción hacia Spider-Man, Peter y Ned la habían invitado a ver una película con ellos. Por los ángeles, esa invitación había sido prácticamente un halago para ella. Le hacía sentir muy bien que quisieran pasar el rato con ella, como lo hacía con Ariel. Pero, ¿qué había dicho ella? Que se tenía que ir. Claro, no podía habérsele ocurrido nada mejor que dejarlos ahí plantados con la palabra en la boca. ¿Qué pensarían de ella ahora? ¿Y si cambiaban de opinión? ¿Y si dejaban de ser sus amigos y pasaban de ella? ¿Y si se enfadaban? No podía permitirse volver a perder a un amigo, otra vez no.

Euforia - Peter Parker [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora