Seventeen

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Llovía.

Las calles estaban empapadas, Y Loren y Peter corrían intentando no resbalarse. Las hojas que habían caído de los árboles que antes cubrían el suelo, estaban ahora flotando sobre los charcos que se formaban por la tormenta.

A Loren le encantaba la lluvia. Siempre encontraba paz y tranquilidad cuando llovía. Era algo que nunca había sabido explicar. En aquel momento, le habría encantado detenerse en la calle y dejar que el agua la empapara. Pero agarraba el brazo de Peter y corría arrastrando de él para llevarlo bajo un techo lo antes posible. No quería que cogiera un resfriado por su culpa.

Por fin, vio en la acera de en frente la cafetería en la que pasaba las tardes. Esa en la que trabajaba el camarero que le guiñaba un ojo todo el rato. Entró con Peter y ambos se llevaron las manos a las rodillas, cansados de tanto correr. Aunque, en realidad, Peter solo estaba fingiendo. Él estaba acostumbrado a ir a mucha velocidad.

- ¿Estás bien? –le preguntó a la chica. Ella asintió y levantó la vista hacia él. Tenía decenas de gotitas de agua en la cara y en el pelo. Su ropa y las puntas de sus coletas estaban empapadas.

- ¿P-podemos ir a sentarnos cerca de la chimenea? –preguntó ella comenzando a tiritar. Al final, sería ella quien cogería un resfriado. Y eso que no habían pasado tanto tiempo bajo la lluvia.

- ¿Hay chimenea aquí? –preguntó Peter abriendo los ojos en grande mientras que hacía un gesto con la mano para dejarla pasar primero.

- Así es –dijo ella-. Es artificial. Pasa por los dos pisos de la cafetería, pero arriba no se está tan... bien. Aquí abajo es donde... se está mejor –dijo mirando a su alrededor para buscar una mesa cerca de la chimenea.

- ¿Hay más de un piso? ¿Cómo es que no había visto este lugar antes? Está genial.

- Sí lo has... visto antes –dijo ella-. Cuando vinimos aquí después de ver la peli de Batman en tu casa.

- ¿Fue aquí?

- Sí. Pensaba que lo sabías –Loren señaló una mesa con el dedo y miró a Peter para ver si estaba de acuerdo con su elección.

- Esa está bien –dijo-. Sinceramente... Aquella tarde solo estaba pendiente de ti –dijo después-. Um... Quiero decir que, bueno, estabas... mal. Y me... preocupé. Y, pues... estabas llorando y yo...

- Tranquilo, Peter –dijo ella sonriendo un poco-. Esta cafetería se parece a las demás. Supongo que... también es difícil distinguirlas.

- Loren... No te estás dando cuenta, ¿verdad? -Peter y Loren llegaron a la mesa y se sentaron-. Llevas un rato hablando sin ningún tartamudeo –dijo Peter.

Loren frunció el ceño y luego elevó las cejas, sin llegar a creérselo.

- ¿De verdad?

- Lo has vuelto a hacer –rió Peter.

- ¿Pero, por qué? No lo... entiendo –dijo ella confundida mientras desviaba la vista-. Eso solo me ha... pasado –hizo una pausa y lo miró-, contigo, Peter –dijo finalmente-.

- ¿Eso es malo?

- Para nada. Creo que... -continuó ella sin saber muy bien cómo explicarlo-. Creo que me siento más cómoda cuando paso el tiempo contigo. Me siento menos... insegura. Contigo no.... No tengo miedo –admitió.

Euforia - Peter Parker [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora