Fifty

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Coloqué la última maleta en el coche de mis padres y giré la cabeza hacia mi casa, viendo salir a mamá por la puerta. Me dedicó una sonrisa y yo se la devolví.

Sinceramente, no sentía ninguna pizca de tristeza. Ni nostalgia, ni temor. El hecho de mudarme por primera vez de la única ciudad en la que he vivido siempre, debería, al menos, preocuparme un poco, ¿verdad?

Pues no. No estoy asustada ni preocupada. Al contrario. Sé que esta etapa será una verdadera aventura. Sé que tendré mucho éxito en el futuro, sobre todo, si estoy con las personas a las que quiero.

- ¿Estás lista? –preguntó mi madre.

- Más que lista. ¿Nos vamos ya?

- ¿Tantas ganas tenías de irte? ¿No prefieres quedarte con tu padre?

Bufé. Otra vez con eso.

- No, mamá. Aquí todos me conocen como la hija del director. Todos en el instituto me tienen miedo. Antes podía soportarlo, y Loren me ayudó a ignorarlos a todos. Pero desde que se fue, me cuesta cada vez más. Quiero ir a otro lugar y empezar de cero. Quiero dejar que los demás me juzguen por como soy y por lo que hago, no por quién es mi padre –dije sinceramente.

- Siempre he pensado que eres muy madura para tu edad, Ariel –sonrió mamá.

- Lo sé. No es la primera vez que me lo dices –contesté sonriente.

Ella me revolvió un poco el pelo y yo me quejé con el ceño fruncido. Me coloqué el pelo de nuevo y me crucé de brazos.

- ¿Cuánto tardaremos en llegar? –se me ocurrió preguntar.

- Unas seis horas. Siete si no me salto los límites de velocidad y paramos a repostar cada vez que sea necesario.

Volví a bufar.

- Qué palo.

- Llegaremos antes de que anochezca. Además, ya estás inscrita en el instituto, podrás empezar mañana.

- ¿De verdad? –exclamé emocionada.

- De verdad, me resulta difícil creer que realmente quieras ir al instituto.

- Es que no será el mismo instituto, mamá. Además, veré a Loren.

- Lo sé, hija. Lo sé. Cuando nos hayamos instalado en la nueva casa, podrás invitarla a cenar. ¿Qué te parece?

- Mamá, planeaba hacer eso incluso si tú no me lo sugerías.

- Vaya, vaya. Siempre vas un paso por delante.

Ambas reímos y mi madre sacó las llaves del coche de su bolso. Mi padre se despedía con la mano desde la puerta de casa. Ya nos había atacado a besos durante toda la mañana, y ahora se dignaba a despedirse desde lejos.

- Vayámonos –dijo mamá sonriente.

***

Jueves.

Loren había pasado toda la noche del miércoles, y todo el día siguiente sin salir de su casa. Había hablado con su amiga Ariel la noche anterior, después de descubrir que estaba viva, al contrario de lo que ella pensaba.

No había dormido en toda la noche. Se pasó las horas caminando por su casa, pensando en todo lo que había ocurrido. Su mente trabajaba en decenas de posibles futuros en los que su padre venía a por ella, como había dicho Bill. ¿Cómo podría solucionar eso? ¡Ni siquiera había procesado aún el hecho de que ella misma era alienígena! No estaba preparada para nada de esto.

Euforia - Peter Parker [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora