Twenty-five

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Todo pasó muy rápido. Loren apenas se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo.

Peter se movía muy rápido. Más rápido de lo imaginable. Esquivaba casi a la perfección todos los puñetazos que los tres gorilas le lanzaban, y al mismo tiempo los golpeaba en sitios estratégicos haciéndolos caer al suelo. Parecía como si Peter supiera en qué momento exacto iban a golpearle, y de qué manera exacta debía moverse para esquivarlos. Era algo casi imposible de hacer.

La pelea acabó en menos de un minuto ante la mirada atónita de Loren, que había apoyado la mano en la pared del callejón tras sentirse un poco mareada por el susto.

Cuando los tres gorilas cayeron al suelo inconscientes, Peter se dio la vuelta y caminó hasta ella para comprobar si estaba bien.

Loren terminó de apoyarse por completo en la pared, sintiendo cómo sus piernas fallaban cada vez más. Todo había sido muy raro. Era muy extraño. No solo el hecho de que en esa ciudad había un alto porcentaje de criminalidad, teniendo en cuenta que en apenas dos semanas que llevaba en Queens ya había sido atacada en callejones dos veces. Por no mencionar la increíble agilidad con la que se movía Peter ante esos tres delincuentes. Todavía no entendía del todo lo que acababa de ver.

- ¿Estás bien? ¿Loren? ¿Te han hecho algo? –preguntó él cuando vio que se apoyaba en la pared como si le costara mantenerse en pie.

- ¿Cómo iban a hacerme algo si has acabado con ellos en un minuto? ¿Cómo demonios has hecho eso?

Loren lo miraba como si no lo conociera.

Peter era ese chico tímido del equipo del decatlón que agachaba la cabeza cuando Flash lo llamaba "Pito Parker". Peter nunca mostraba ningún signo de violencia ni agresividad. Si bien, esa pelea que acababa de tener en ese callejón no había sido precisamente agresiva.

Loren volvió a pensarlo. Recordó como esquivaba el puñetazo del más hablador de los tres y, al mismo tiempo, le daba un codazo en la barbilla haciendo que cayera al suelo. Estaba todo muy medido. Parecía como si hubiera sabido cómo se iban a mover esos hombres. Era algo muy difícil de creer.

- Oh, eh... Lo he... aprendido en Youtube. Hay unos vídeos muy buenos sobre defensa personal –mintió Peter sonriendo tranquilamente.

Seguro que sí, pensó Loren con sarcasmo.

Fue entonces cuando Loren se dio cuenta de que el suéter de Peter estaba roto. Recordó que uno de los hombres lo había amenazado con un cuchillo durante la pelea y había intentado herirle con él. Pero, parecía que solo había rasgado su ropa. Aunque, si se fijaba bien, pudo ver que había un pequeño corte en su brazo que empezaba a teñir su suéter.

- Estás sangrando...

Peter miró hacia donde miraban los ojos de Loren y vio una mancha roja a la altura de su bíceps.

Con tanta adrenalina que tenía durante la pelea, no se había dado cuenta del corte. Pero ahora que estaba más calmado, empezaba a notar un ligero dolor.

- Vale, tengo ropa de cambio en mi taquilla, en el instituto. Tenemos que llegar antes de que nos vea algún profesor y pregunte por la sangre.

- ¿Te duele? –preguntó Loren, que seguía impactada por lo que había ocurrido. Peter negó con la cabeza mientras la miraba, intentando tranquilizarla.

Tendría que haber tardado más en acabar con esos hombres. Desde el principio sabía que podía lograrlo, era fácil. Solo eran tres. El podía con ellos. Sabía que tenía que haberse contenido más. Ahora Loren lo miraba como si fuera un bicho raro.

Euforia - Peter Parker [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora