Forty-seven

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Los incesables gritos de la madre de Loren eran un obstáculo que impedía que Bill contestara las preguntas de su hija con total comodidad. Sin embargo, poco a poco Margaery se rindió al ver que nadie le prestaba atención.

- Cuando estés preparada, Loren –le dijo su padre amablemente.

Ella pareció dudar un momento, pero hizo la primera pregunta segundos después.

- ¿Dónde nací? –preguntó con frialdad.

Tanto su padre como Spider-Man fruncieron el ceño confundidos ante esa pregunta inesperada.

La madre de Loren empezó a emitir sonidos parecidos a una carcajada, pero ninguno le hizo caso.

- ¿Esa es... tu pregunta? ¿No se te... ocurre algo más... profundo? –preguntó Bill.

- Simplemente responde a la pregunta.

- Naciste en Atlanta. Eso es lo que te habíamos dicho de pequeña, y eso es lo que pone en tu pasaporte.

- No te creo.

- ¿Por qué no? ¿Qué tiene que ver con todo esto el lugar en el que hayas nacido?

- Dime la verdad, por favor. Me lo debes.

Bill la miró indeciso, y luego miró a su mujer. Ésta empezó a negar con la cabeza repetidamente. Así supo Loren que sus sospechas sobre el lugar en el que había nacido eran ciertas.

- No estás preparada para oírlo, Loren.

- Dímelo.

Bill volvió a dudar. Pero, finalmente, se rindió.

Ella tenía razón. Se lo debía.

- No naciste en Atlanta. Ni en los Estados Unidos. No naciste en ningún lugar de este planeta. Naciste en otro planeta cuyo nombre ni siquiera recuerdo. No es relevante en esta historia.

La madre de Loren volvió a enfurecerse y miró a su marido como si quisiera destriparlo con los dientes. Spider-Man quiso lanzarle otra telaraña, pero su cuerpo no se movía.

¿Significaba eso que Loren era... extraterrestre?

Loren quiso decir algo. Quiso contestar a su padre, pero no podía formular ninguna palabra. Apretó los puños sintiendo la rabia en su interior, y su padre juró ver un pequeño destello de luz azul que rodeaba sus manos.

- Loren, déjame que te cuente tu historia. No hagas preguntas hasta el final, y no me interrumpas. Será mejor que tomes asiento –dijo mirando de reojo esos destellos azules.

Loren tartamudeó algo inentendible y se sentó en el suelo con las piernas temblando como si fueran gelatina.

Peter dio unos pocos pasos hacia atrás y se apoyó en la pared, con la respiración entrecortada.

- Conocí a tu verdadero padre cuando yo apenas tenía una década de vida. Mi planeta estaba al borde del caos y de la muerte. Él llegó justo a tiempo y lo arregló todo. De una forma un tanto peculiar, no obstante. Pero consiguió restaurar el equilibrio. Yo, por aquel entonces, no tenía familia. Él me acogió y me crió como si fuera su hijo, o su hermano pequeño. Cuando pasó el tiempo, su fama se hizo conocida incluso en los rincones más recónditos de la galaxia. Todo el mundo tenía miedo de su poder... -explicó Bill-. En cambio, yo lo admiraba.

Loren intentaba no llorar. De verdad, lo intentaba. Pero, desde que oyó las palabras "planeta" y "galaxia", sus ojos simplemente empezaron a derramar un mar de lágrimas.

Euforia - Peter Parker [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora