Forty-four

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Tony Stark esperaba impacientemente a que los niños, como él los llamaba, llegaran a la habitación de hotel en la que se había instalado tras los acontecimientos sucedidos en la batalla contra el Capitán América.

Happy había sugerido reservarle una habitación en un hotel diferente, para que los niños no lo molestaran, porque necesitaba descansar. Normalmente, Tony no le hacía caso. Pero, esta vez, se dejó llevar. De igual manera, sabía que a Parker y a su novia no les iba a pasar nada en ese hotel. Principalmente, porque no tenían enemigos que quisiesen hacerles daño. Además, Happy no les dejaba salir de la habitación en todo el día.

Pero, ahora, debían estar en un todoterreno negro de camino a su hotel. Sin embargo, Happy se estaba retrasando.

Acababa de quitarse el traje, pero aún conservaba el pequeño auricular que levaba en su oreja con el cual realizaba llamadas y ejecutaba algunas operaciones gracias a su programa informático, Friday.

- Friday, llama a Happy –dijo con la voz cansina.

- El señor Hogan ya está en la puerta principal del hotel, señor. Estará aquí en menos de cinco minutos –dijo una voz masculina que se oyó en toda la habitación.

- Ya era hora –resopló Stark sirviéndose una copa.

***

- Genial, Happy. Has tardado más de lo que creía, supongo que tendrás una buena excusa para eso –dijo Iron Man-. Niños, sentaos. Happy, fuera de la habitación.

- ¿Qué? ¿Ahora quieres que me vaya? –exclamó Happy indignado.

- Tranquilo, rebelde. Solo voy a hablar un rato con ellos, ver cómo están.

- Eso no es propio de ti –volvió a decir Happy alzando las cejas.

- Bueno, ya lo sé, pero da igual. Tú vete. Ve y tómate una copa o llama a tu madre o haz lo que sea que haces cuando tienes tiempo libre. Anda. Fuera, fuera –Tony movió las manos haciéndole señas para que saliera de la habitación y cerrara la puerta.

Happy, algo molesto, salió de allí al instante. Cuando la puerta se cerró, Tony se giró hacia Loren y Peter y los miró expectante.

- Por fin. Venga, chico. Empieza a hablar.

- Pero... señor Stark...

- Ahora es cuando estoy disponible para escuchar, Parker. Si aún quieres contarme eso tan peligroso sobre tu novia, es el momento.

Peter pareció dudar un momento. Miró a Loren, que no estaba muy segura de querer contarle algo a Iron Man. Peter la miró como queriendo pedirle permiso para contárselo, y ella simplemente asintió mirando para otro lado.

Sus piernas temblaban, incluso estando sentada en el sofá de esa habitación.

¿Qué pensaría Iron Man cuando lo supiera todo? No todo, obviamente iban a omitir esa parte de los poderes... Pero, aún así, ¿cómo reaccionaría? ¿La miraría aún con mayor desprecio que antes, o suavizaría un poco su expresión? Ojalá pudiera entenderlo como ella quería que lo entendiera.

De repente, Peter suspiró y empezó a hablar. Relataba de manera simple y sencilla todo lo que había pasado estos últimos meses, especialmente las primeras semanas que pasó Loren en Queens. Escogía las palabras adecuadas para que el relato fuese creíble, pero tampoco le daba la mayor importancia del mundo. Simplemente contaba los hechos, dejando que Stark decidiera cómo reaccionaría a lo que escuchaba.

Peter contó brevemente cómo conoció a Loren, cómo empezó a sospechar que había algo raro en ella y cómo descubrió finalmente el secreto que escondían sus padres. Le habló sobre el hombre del holograma que salió del bastón de la madre de Loren que parecía ser mágico, las pesadillas de Loren, las palizas que su padre le daba, las noches encerrada en el sótano y, por último, la horrible noche en la que la salvó de su padre en esa habitación de las armas para después llevarla al hospital.

Euforia - Peter Parker [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora