Eleven

442 44 12
                                    


- ¿Loren? –preguntó Peter.

- Lo siento –repitió ella.

Había tardado mucho en llamarle. Le había dicho que le llamara en cuanto llegara a casa. Y no lo había hecho. Se sentía culpable por ello.

- Menos mal, Loren. Estaba muy preocupado –dijo Peter.

Loren no respondió. Sabía que Peter estaba preocupado, lo sabía, aunque le costara creérselo. Pero por algún motivo pensó que también estaría enfadado por haber tardado tanto en llamarlo. Sin embargo se le hacía difícil imaginar a Peter enfadado, siempre que lo veía estaba feliz. Quizás solo era el golpe que su padre le había dado en la cabeza, que le impedía pensar con claridad.

- ¿Estás enfadado? –se atrevió a preguntar mientras intentaba cambiar de posición dentro del congelador.

- Claro que no, Loren. Solo estaba preocupado. No sabía si habías llegado a casa.

- Es que... bueno. Me entretuve hablando con mi padre cuando llegué –dijo.

Técnicamente, eso era verdad.

- Loren... ¿es...? ¿Dónde estás? Te oigo mal, tu voz se oye con eco –comentó Peter.

Mierda.

- Oh... pues... Es que mi habitación es muy fría cuando llueve, y tenemos un habitación más cálida en el sótano así que hoy dormiré aquí –mintió.

- Oh, de acuerdo –Peter hizo una pausa-. Escucha. No quiero molestarte con esto pero... ¿le has comentado a tus padres lo de la peli de mañana?

Mierda, mierda.

- Yo... Peter, lo siento. Me apetece mucho, de verdad, pero va a ser imposible. Y... el domingo tampoco. Tendremos que esperar hasta el lunes –dijo anticipándose, por si acaso.

- Está bien, no te preocupes –dijo él. Su voz parecía melancólica, pero Loren casi no se dio cuenta debido al dolor de su estómago. Como tampoco se dio cuenta de que no estaba tartamudeando. Aunque Peter sí que lo notó-. Loren, ¿no te has dado cuenta?

- ¿No me he dado cuenta de qué?

- No estás tartamudeando.

- Lo sé, es raro pero no tartamudeo cuando hablo por teléfono. Creo que es porque no veo a la otra persona con la que hablo –explicó-. Y si no veo a esa persona no veré su reacción a cualquier cosa que diga. Descubrí esto cuando empecé a hablar con Ariel.

- ¿Ariel? –preguntó Peter confundido.

- Era una chica que estudiaba en mi anterior instituto. Éramos amigas. Pero, como siempre, volvimos a mudarnos.

Era extraño hablar con Peter de estas cosas. Pero ahora que habían pasado un pequeño momento los dos juntos, hacía unas horas, las cosas entre ellos habían mejorado. Loren empezaba a confiar en él. Y a la vez le asustaba que existiera la posibilidad de contarle algo que no debía contar. Debía tener mucho cuidado.

- ¿Y sigues hablando con ella?

- Pues... no. Pero pensaba llamarla cuando terminara de hablar contigo.

- Oh. Pues... te... te dejo ya, para que puedas hablar con ella. Ahora ya sé que estás bien. Te... veré el lunes –dijo él.

- Espera, Peter. Gracias. Por lo de antes en la cafetería y... bueno, por todo. Eres un gran amigo.

Euforia - Peter Parker [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora