Fifty-eight

148 10 3
                                    

 Loren aterrizó en el suelo con tanta fuerza que incluso se hizo daño en los pies.

- ¡Loren! –exclamó Peter-. ¿Qué haces aquí? –preguntó confundido.

- Eso mismo pregunto yo, niña.

Iron Man, flotando en el aire gracias a sus propulsores, se giró hacia ella cruzándose de brazos.

- Yo...

- Se supone que no puedes estar aquí –le dijo Tony-. Ninguno de vosotros, de hecho –volvió a girarse hacia Peter-. Y tú, ¿quién te crees que eres? ¿Qué estabas haciendo?

- Señor Stark, esos hombres estaban traficando con armas súper tecnológicas, se lo dije a Happy el otro día. Pero no me hizo caso y, al parecer, usted tampoco. Si no quiere escucharme, tendré que pararlos yo solo.

- Eh, oye. ¿Te estás escuchando? ¿Pararlos? –Stark resopló-. Chico, yo no me puedo encargar de eso, ¿vale?

- ¿Quién puede? ¿Los Vengadores?

- No, hombre –chasqueó la lengua-. Hablo de alguien de rango inferior. Los Vengadores no tenemos tiempo para armas súper tecnológicas.

- Yo pensaba que sí –dijo Loren esta vez-. Si no, ¿por qué estuvieron usted y la Viuda Negra buscando las armas que mis padres tenían escondidas en todo el país? –lo miró desafiante.   

Loren no sabía por qué había dicho eso. Sabía que Stark solo quería mantener a Peter fuera de peligro, pero le molestaba que lo excluyera de esta situación como si fuese un niño pequeño que nunca entiende nada.

- No me hables en ese tono, señorita –dijo levantando el dedo índice hacia ella-. Además, ¿quieres explicarme qué demonios haces aquí, intentando salvar al crío, sin tu traje puesto? Podría haberte visto alguien.

Loren soltó un bufido muy sonoro. Estaba claramente molesta.

- No lo llevaba encima –dijo lo primero que se le ocurrió-. Peter puede llevar el suyo debajo de la ropa y no se nota nada. Yo no puedo llevar un casco de superheroína por la calle.

- Que sea más ligero y que no se note debajo de la ropa. Lo apunto para por si algún día me apetece hacerte una mejora a ti también –puso los ojos en blanco.

Loren alzó las cejas y evitó mirarle.

Peter quería suavizar la conversación, pero no sabía cómo. Le preocupaba que ahora Loren perdiera definitivamente las pocas ganas que tenía de entrenar y descubrir el alcance de sus poderes.

- Señor Stark, no se preocupe. Loren ha dicho que cuando se sienta preparada me dejará ayudarla a entrenar –sonrió intentando restarle importancia al asunto-. Y no hacía falta que viniera hasta aquí a salvarme, estaba todo controlado.

- Oh –Stark carraspeó-. No estoy... aquí –la abertura frontal de la cabeza de la armadura se abrió de golpe para mostrar que, efectivamente, estaba vacía. Loren volvió a soltar un bufido-. Da gracias a que este sitio tiene Wi-fi, o ahora serías un fiambre –bromeó. Peter y Loren se habían quedado mudos-. En fin, olvídate de esos hombres. Si te los vuelves a encontrar, llama a Happy.

- Pero, señor Stark... yo sé que soy capaz de atraparlos.

- No, chico. Olvídate. Concéntrate en ser el amigo y vecino Spider-Man. Y tú, señorita –le dijo a Loren, que lo miraba con cara de pocos amigos-, que no se te ocurra volver a intentar algo como lo de hoy sin ponerte el traje. No quiero que nadie vea a una chica de rubio platino volando por las nubes.

- Usted vuela por las nubes todos los días y no pasa nada malo –comentó ella, claramente molesta. Ya no se le ocurría nada más con lo que debatir.

Euforia - Peter Parker [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora