Sixteen

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Habían pasado tres días desde lo sucedido entre Loren y Spider-Man.

Peter estaba destrozado. Esa noche, después de que ella lo echara de su casa, estuvo llorando durante lo que le parecieron horas. Solo habían sido quince minutos, pero hacía tanto tiempo que no se sentía tan mal que le pareció una eternidad. Después, se balanceó hasta el edificio donde había dejado su mochila. La cogió, se la puso y volvió al suyo. Se cambió rápidamente en la azotea y bajó por las escaleras que daban a los pasillos de la planta donde vivía con May. Abrió la puerta deseando que ella estuviese ocupada. No le apetecía oír preguntas sobre su día, o cómo había pasado la tarde. May sabía que Peter había pasado las últimas tardes con Loren, así que era probable que le preguntara por ella. Y eso era lo menos que Peter quería en ese momento.

Sin embargo, la suerte no estaba de su parte. Cuando abrió la puerta, May se levantó del sofá y caminó hacia él con un suspiro aliviado.

- Peter, cielo. Me estaba preocupando, ¿dónde...? –May se quedó callada cuando vio los ojos llorosos de Peter, que intentaban evitar su mirada-. ¿Peter? –preguntó esta vez más preocupada-. ¿Estás bien? ¿Qué ha pasado?

Peter no quería decir una palabra. No quería decir nada sobre el tema. Pero las palabras salieron solas. No se había dado cuenta de que lo había dicho hasta que May le puso una mano en el hombro.

- He discutido con Loren.

- ¿Qué? ¿Por qué?

- Es que... estábamos en una cafetería y ella tenía que volver a casa. Se estaba haciendo de noche y... no me dejó acompañarla. Y yo... me asusté, May. Yo... me preocupé mucho. No quiero que le pase nada y... y esta ciudad está llena de locos psicópatas, y podrían hacerle algo. Intenté explicárselo pero... no me creyó. Ella... ella no cree que la gente sea mala. Y yo sé que sí hay gente mala. Muy mala. Y si le hacen daño, sería mi culpa. Porque yo la advertí, y no la... acompañé a casa.

Peter tuvo que hacer un esfuerzo para escoger las palabras adecuadas que expresaran, más o menos, lo que había pasado. Todo eso era verdad, sí. Pero había omitido algunos detalles sumamente importantes. Por ejemplo, que esas personas malas eran los padres de Loren.

- Peter, cariño –May vio que Peter luchaba por no llorar y se le encogió el corazón.

Sí que le ha dado fuerte por esa chica, pensó.

Acercó a su sobrino hacia ella y lo abrazó con suavidad. Peter apoyó inconscientemente la cabeza en su hombro y lloró en silencio.

- Cielo, escucha. A veces las personas pueden sentirse agobiadas. Y yo no la conozco mucho, pero Loren parece una chica muy tímida. A lo mejor sí te ha creído, pero se ha sorprendido. Quizás solo ha sido la impresión, Peter –May hizo una pausa-. Dale tiempo, no le agobies

- Yo no le agobio May –dijo Peter con la voz ronca, herido por lo que acababa de decir.

- Lo sé, cielo. Pero quizás ella se siente agobiada. Dale tiempo y espacio, ¿de acuerdo? Ella hablará contigo cuando se sienta cómoda.

- ¿De verdad crees que volverá a hablarme?

- Sí, Peter. Lo creo. Se le pasará –Peter la miró y su tía le dio un beso en la frente-. Ve a darte una ducha. La cena está casi lista.

- No tengo hambre.

- Bueno. Te llevaré un plato a la habitación por si te apetece más tarde, ¿vale?

Euforia - Peter Parker [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora