Capitulo 5

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En otra parte se encontraban unos tipos hablando, el líder de ellos hablo.

-Fue una gran noticia saber que los Coleman escondían a una chica para protegerla. Lo mejor es que está muy cerca de aquí.

Seguiremos a los Coleman para dar con ella – puso una sonrisa malvada en su rostro – Con esto podremos cobrarnos lo que nos deben y todo gracias a Fabián; gracias a sus deudas nos dio tan maravillosa noticia – susurró – Alístense, pronto partiremos.

Alexandra Coleman

Ayer por la noche me quede pensando en todo lo que me dijo Evan. No sé si darme la oportunidad de conocerlo, sé que suena absurdo y loco. Pero, ¿qué puedo perder?, ya estoy aquí. Hice una mueca; me pare de la cama.

Tocaron la puerta, abrí y entro un Evan en pijama.

-¿Te desperté? – Negué rápido – Perdón, venía a decirte que te cambies para que bajes a desayunar. Hoy será un día pesado y creo que lo necesitaras.

-Pero no tengo ropa, ni nada aquí – respondí con obviedad. No sé por qué dice que será un día pesado, pues ¿qué pasara?

-¿Por qué dices que hoy será un día pesado? – cuestione con el entrecejo fruncido.

-Todo lo que necesitas está en el closet – señalo una puerta – Ese es el baño – señaló otra puerta - también tiene todo lo que necesitas - Alexandra eso no me toca decírtelo – hizo una mueca y salió.

Me dirigí al baño para darme una ducha. Vaya que el baño era sorprendente, estaba hermoso. Al terminar de bañarme tome una toalla, me enrede en ella y salí del baño con dirección al closet.

El closet estaba grandísimo, tenía muchísimas más cosas de las que yo tenía. Agarre el primer conjunto de ropa interior y camine hasta la cama. Me sequé, me puse las bragas y justo termine de ponerme el sujetador cuando entro alguien al cuarto.

Voltee rápido encontrándome a un James perplejo mirándome de arriba hacia abajo. Su mirada me erizó la piel, agarre la toalla rápidamente tapándome de nuevo

-¡Por qué no tocas! – No pude evitar gritar – Sé que es tu casa y haces lo que quieres, pero toca para evitar que me veas así.

-Perdón. Pero ¡wow!, Eres hermosa – me sonrió.

Esperen, ¿me está sonriendo?

-Es hermosa tu sonrisa.

-¿Así que te parece hermosa mi sonrisa? – cuestiono seductor.

¡Demonios!, por qué tuve que decirlo en voz alta. Ahora hasta estoy maldiciendo.

-No – respondí atropelladamente alargando la "O" - ¿Podrías salir?, me incomoda que estés aquí y que me mires así – confesé. Realmente me incomodaba que me mirara de esa forma, sus ojos me analizaba completamente; su mirada mostraba dulzura y lujuria a la vez.

Se acercó, me tomo de la cintura atrayéndome hacia él y me sonrió más.

-¿Así que te incomoda mi presencia?, Pues no debería, además... ¿Qué tiene de malo que te mire?, eres jodidamente hermosa.

Me sonroje a más no poder - No sé qué hace este hombre que me pone así de nerviosa - quería alejarme de él.

-¡Ah no! - dedujo mis pensamientos; me pego más a él y me beso. ¡Sí!, ¡Me beso de nuevo!

Trataba de alejarlo, pero me era imposible. Besaba tan bien que no pude resistirme más, me deje llevar lo que provoco que sonriera a mitad del beso. De no ser porque necesitamos aire nos separamos sino seguiríamos besándonos.

El reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora