Capitulo 39

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Llegamos a casa de James, el camino fue silencioso - No incómodo - traía su mano sobre mi pierna y de vez en cuando me miraba de reojo.

-¿Por qué vinimos a tu casa?, pensé que iríamos a la mía.

-Con ir a tu casa me refería aquí, esta también es tu casa y todos lo saben. Solo estarás un rato muy pequeño con todos, necesitas descansar - bajó del auto, lo rodeo y me ayudo a bajar.

-No James, no me quedare.

-Si te quedaras - me acorraló entre su cuerpo y el carro, mi respiración se aceleró por los nervios. Siempre que lo tengo cerca me es imposible no ponerme nerviosa y más cuando hace esto - Te quedarás aquí porque así podre cuidarte, no quiero arriesgarme a que te pase algo y no está en discusión - sentí su aliento mezclarse con el mío, usa la seducción como una artimaña para convencerme.

Querrá cuidarme, pero no estoy muy segura de regresar a vivir con él.

-Hasta que pueda moverme de nuevo - baje la vista sus labios.

Si no me besa lo haré yo.

-¿Solo hasta que puedas moverte? - cuestionó con esa voz ronca, rozando su nariz en mi mandíbula, logrando erizarme la piel. Cerré los ojos pasando saliva con dificultad.

-Si - respondí titubeando.

-Ya veremos - se encogió de hombros besándome. Cortando lo centímetros de distancia, pasé mis brazos por sus hombros enredando mis manos en su cabello, profundizando más el beso.

-Tenemos que entrar - cerró su auto y me cargó llevándome dentro de la casa.

Adentro los chicos me recibieron gritando "bienvenida", James me bajó y Lizeth fue la primera en abrazarme.

-Te extrañamos demasiado - se acercó Kyle a abrazarme.

-Yo también los extrañe, pero aquí me tienen de vuelta así que cuídense, los molestaré peor que nunca.

-No creo que puedas ser más molesta que de costumbre - dijo Nico.

-Estoy embarazada, eso es una molestia para todos porque soportaran mis cambios de humor - sonreí maliciosa.

-Estás loca, para eso está James. Él es quien soportará tus cambios de humor - objetó Nico - Y sobre todo es el que va a tener que conseguir TODOS tus antojos - sonrió malicioso con una mirada victoriosa.

-Rayos, nunca lo había pensado - se quejó James, lo voltee a ver asesinamente - No es cierto mi amor - me abrazó soltando una carcajada - No importa si son las dos de la mañana, juro cumplir TODOS tus antojos - beso mi mejilla, todos nos miraron con una ceja levantada. Liz se cruzó de brazos frente a nosotros y hablo por todos.

-Ustedes dos vienen muy felices, ¿tienen algo que contarnos?

-Alexandra y yo nos reconciliamos - James se posiciono abrazándome por la espalda, entrelazando nuestras manos.

-¿En verdad? - indagó mi padre con media sonrisa, Steve medio sonreía, pero su rostro denotaba preocupación. Más tarde hablaré con él.

-Si papá - sonreí demostrando mi felicidad - James y yo estamos juntos.

-Ya era hora - Evan nos abrazó.

Comimos en el jardín, pase bastante rato conviviendo con mi familia e incluso llame a Sofí para unírsenos. Platique con ella y no hizo esperar su alegría por verme de vuelta, diciendo que cualquier cosa que necesitara se lo hiciera saber.

Le dije a Steve que más tarde hablaría con él, este asintió diciendo que ahorita no me preocupara. No calmó mi intriga, de hecho me empezaba a inquietar y preocupar.

Me despedí de todos y subí a descansar.

-¿En qué piensas mi reina?

James y yo estamos en la habitación que antes compartía con él.

-No es nada - negué medio sonriéndole - Oye, tomaré una ducha antes de dormir - dije dirigiéndome al baño. Le pediré un pijama prestada a Liz, no creo que mi ropa siga aquí.

-Sostuvo mi mano deteniéndome - Prepararé el baño, ve por tu ropa al closet - camino hacia el baño.

-¿Conservas mi ropa? - inquirí sorprendida, él se asomó en la puerta negando con una sonrisa.

-Nunca me deshice de ella - regresó al baño - Date prisa.

Creí que había sacado mi ropa, me pregunto por qué no lo hizo.

...

Alexandra estaba feliz y nerviosa por volver a empezar con James. Se reconciliaron, era verdad, pero ya no eran esposos y eso por un lado la ponía triste porque ella pensaba que ya no era nadie en su vida más que la madre de su hijo. Por otra parte, James no cabía de la felicidad por haber recuperado a su mujer. Para él, ella era su todo al igual que su bebé que viene en camino.

Admitió ser un idiota, pero juró que cambiaría para llegar a ser una gran familia.

El hecho de ya no estar casados no cambiaba las cosas si no que las mejoraba, pues él seguiría amando a su mujer como hasta ahora y si podía amar más, lo haría. No se preocupa por no estar casados, muy pronto solucionaría ese pequeño detalle.

Steve no estaba preocupado como tal, estaba inquieto. La primera vez que Ana y Dylan fueron al hospital los siguieron durante el camino de regreso a sus casas, desde ahí Dylan ha estado más alerta, aparte él es quien recibe mensajes intimidantes de un número desconocido. El chico le contó a Nicolás y él, a los demás.

Encontrar a Francisco Palmer es la prioridad, no obstante, deben proteger y buscar a la persona que hostiga a Dylan. Para asegurar su bienestar, James lo mando cuidar con dos de sus escoltas luego de hablar con él y contarla lo que pasaba. Al principio se espantó y después de calmarse intentó tomar las cosas de la mejor manera.

-¡Lo tengo! - una pelinegra gritó feliz mirando su computadora.

-¿Qué encontraste? - Evan y Kyle le preguntaron al unísono.

-Esa perra es tan idiota.

-¿De qué hablar? - cuestionó Kyle impaciente.

-La persona que le manda los mensajes a Dylan es April, mañana le diré a James para que él pueda empezar con el plan.

-Muy bien hermanita, un poco más y tendremos a ambos.

...

Sí, sí. Salieron muy felices del hospital... Ya veremos cuanto les dura su sonrisa a ambos cuando esa tipa ya no exista.

 Ya veremos cuanto les dura su sonrisa a ambos cuando esa tipa ya no exista

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