Capitulo 55

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¿QUIÉN ES ÉL Y POR QUÉ MI MUJER CORRIÓ ABRAZARLO?

Estoy enojado, me duele, me encela de sobremanera verla pegada como garrapata a otro. Trato de controlar mis impulsos conteniendo unas ganas increíbles de bajarme e ir hasta ella, alejarlos y golpearlo para que no vuelva acercársele. Pero si lo hago ella se enojará conmigo.

Alexandra ni me ha visto, solo está enfocada mirándolo; charlando animadamente con una mega sonrisa. Él le tiende su brazo y ésta lo acepta, entrelazándonos.

-James respira y contrólate, no puedes bajar y matar a ese tipo - repetía en mi mente antes de hacer una locura.

Diablos, estoy muy celoso. ¡Carajo!, soy tan posesivo que cualquier hombre, que no sean sus hermanos, cerca de ella me vuelven loco, más si comparten momentos como este.

Caminan hacia la salida de la reja, ella va mirándolo porque van platicando y cuando voltea su vista al frente se encuentra con mis ojos, haciéndola detenerse suelta al chico. Estaba a unos metros de mí y aun así note que su mirada no era alegre, estaba triste y todo es por mi culpa - Imbécil - Bajo de la camioneta dirigiéndome hacia ellos, su acompañante nos mira confundido.

-¿Qué haces aquí? - cuestionó borde apenas estuve frente a ella, sin siquiera dejarme hablar.

-También me alegra verte amor - respondo irónico - Vine a buscarte, necesitamos hablar.

-Estoy ocupada y no quiero hablar contigo.

Cierro los ojos aguantando la respiración - Contrólate James, no seas impulsivo - vuelvo a repetirme.

-Me doy cuenta - frívolo, le lanzó una mirada rápida al chico y regreso mi vista a ella - ¿Quién es él?

-Soy un amigo - respondió él extendiendo su mano - Me llamo Josh.

-James - devolví su saludo, después de todo no soy grosero - Novio de Alexandra.

-Ya sabía - medio sonrió y volteó a verla - Alex habla con él, nosotros podemos salir otro día - iba apelar, pero la cortó - Princesa, controla tu carácter y no empieces, escucha a tu novio.

-Bien - rodó los ojos abrazándolo - Gracias Josh, dile a Mia que la próxima vez venga contigo.

-Estaba feliz porque viniste y triste porque está de viaje y llega hasta muy noche - río Josh - Cuídense, chao.

-Chao - nos despedimos de él.

Sonrió por lo bajo mirando por donde se iba su amigo, cuando ya no estuvo dio vuelta caminando hacia su casa - ¿Te quedarás ahí? - preguntó sin mirarme. Rápidamente caminé tras ella temiendo cambiará de opinión.

Nos adentramos en la casa, no había nada a excepción de los escoltas, salimos al jardín trasero y nos sentamos en una banquita bajo unos árboles.

Posó su vista en los rosales - ¿Por qué viniste?

-No me gusta estar peleados, menos que estés enojada conmigo. Me comporte como un tonto, tú dijiste que me explicarías y no te escuché.

-Efectivamente - guardo silencio un minuto - No sé qué cosas retorcidas comenzaste a imaginar, que te llevaron hablar sin pensar y sin ser consciente de lo hiriente que fuiste - suspiró llevando sus manos a su cara - Sigues sin confiar en mí y te dejas llevar por lo primero que vez.

-Claro que confío en ti - eleve mi voz.

-No James - niega con un tono moderado, tranquilo; aterrador - No confías en mí porque si lo hicieras no te hubieras imaginado que estaba engañándote con alguien más - me encara escudriñándome con sus ojos dolidos - Me ofendiste por verme bajar escoltada de esa camioneta.

-Alex...

-James, sinceramente no quiero vivir toda mi vida peleando contigo - su tono seguro provocó un escalofrío recorrerme, el corazón me latía con demasiada rapidez y el miedo empezaba a invadirme.

Estoy aterrado, temo escucharla y que sus próximas palabras sean "ya no quiero seguir", si eso pasa me muero.

No dije nada esperando continuara y entonces sus ojos comenzaron aguarse - Te perdoné antes porque te amo. Pero esto no funcionará sino confías en mí.

-¿Me vas a dejar?

-No - respondió instantáneamente - No quiero dejarte. Estoy segura de querer pasar toda mi vida contigo, no estoy pidiendo que cambies por mí, te amo así tal cual eres; solo pido que confíes en mí.

-¿Me perdonas? - mirándola con ojos de cachorro acuno su rostro entre mis manos.

-Si - me abraza fuertemente - No lo vuelvas hacer porque llegara un momento en donde me cansaré y entonces sí, con todo el dolor del mundo me iré sin mirar atrás.

-Doy mi palabra, no pasara nunca más - tomo su mentón haciéndola mirarme - No quiero perderte - dejo un beso fugaz en sus labios.

-Te amo, también perdóname por escaparme - sonrío divertida - En mi defensa, sabía que si te decía no me dejarías ir y necesitaba hablar con él.

-Te amo más - di un toque tierno en su nariz - Y en efecto; te habría encerrado para impedírtelo.

Sin embargo, Señora Miller; debo admitir que a pesar del enojo, el verla escapar y llevarme la contraria en NO hacer locuras... Me encantó - sonreí lujurioso provocándole una genuina carcajada.

-Loco - golpeo juguetona mi pierna besándome. Cuando el beso finalizó se quedó mirándome inquieta - No te conté todo lo hablado con Palmer.

-Si no quieres hacerlo esta...

-No, si te lo contare - su mirada inquieta no augura nada bueno - Desconozco lo que te paso cuando eras niño y no sé cómo decirte - inquirió cautelosa.

Fruncí el ceño esperando, rogando que no sea de quién estoy pensando.

-Solo dilo.

-La razón por la cual Palmer quería dañarte es por culpa de David...Tu padre.

Mi cara estaba desfigurada del enojo, escucharla narrar la historia entre Palmer y David solo aumentaba mi odio hacia él y claro que le creía a Francisco. Del bastardo de David Miller se podía esperar lo peor.

-Era un maldito - gruñí - Aunque está muerto sigue causándonos problemas - sin duda alguna era un hijo de puta.

-No entiendo a qué se refería con que te hizo sufrir mucho, era tu padre James, ¿qué papá hace sufrir a sus hijos?

-¡ÉL NO ES MI PADRE! - Grité eufórico parándome de la banca, caminando de un lado a otro - Ese bastardo no es, ni fue digno de llamarse padre. Era un mal nacido, un cabrón; un hijo de puta al que lo único que le importaba era él y su ambición, no le importaba nada más, nunca le importó mi madre o mis hermanos - detesto, odio recordar - Me alegra haber acabado con ese maldito.

Estaba consumido por la ira, Alex quería acercarse, pero lo único en lo que podía pensar ahorita es en alejarme de ella para no dañarla. Me conozco, aún no sé controlar mis impulsos y temo lastimarla, nunca me perdonaría si llego a dañarla.

Me alejé bruscamente de ella - Tengo que irme - musité secamente y salí corriendo dejándola preocupada.

Su preocupación es lo que menos me importa ahora, prefiero mil veces su bienestar y aquí estará bien, segura de mí.

Mi escolta conducía rápido y lo único en lo que podía pensar era en llegar casa. Me urgía llegar, necesito descargar toda mi furia en algo, pues David Miller podrá estar muerto, pero siempre me pone mal.

Maldito cabrón hijo de puta; ojalá te estés pudriendo en el infierno.

El reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora