Capitulo 15

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Durante este tiempo James solo me presentaba gente. Algunos mantenían la misma expresión de hombres lujuriosos, lo que realmente me incomoda.

He notado miradas entre Liz y mi hermano, inclusive intercambiaron palabras, pero de saludo porque ninguno se animaba dar el paso.

Tendré que hablar con Kyle.

-Es hora mi reina - nos acercamos donde mi padre, Liz y los chicos - Espérame aquí - soltó su agarre en mi cintura y subió a la tarima.

Tomó el micrófono para comenzar a hablar.

Juro que si no conociera a James no lo conocería. El chico al frente de todos luce serio, petulante con un aire de superioridad; una postura recta y elegante, pero sobre todo, mira a todos con frivolidad - Ese es el Rey - pensé mordiéndome el interior del cachete. Lejos de desagradarme, me encanta.

-Buenas noches a todos los presentes. Primero que nada, les agradezco su presencia.

Como saben, el motivo de esta celebración es para anunciarles que por fin habrá una reina, su reina. El mismo respeto que me tienen lo exijo para ella y quien ose meterse con ella pagará las consecuencias, porque a mí mujer, la tendrán que respetar - puntualizó escudriñando a todos con la mirada - Mi reina - estiro su mano en mi dirección.

Bajo la atenta mirada de los presentes tomé su mano y subí posicionándome a su lado izquierdo. James abrazó mi cintura posesivamente.

-Ella es Alexandra Coleman y antes de que comiencen los rumores, sí; ella también es hija de Mark Coleman.

La sorpresa fue evidente en sus rostros por breves segundos y el silencio reinaba el lugar. Algunos mantenían expresiones neutras, otros se veían alegres y no podían faltar los que odian estas cosas.

-Mi reina - voltee a ver a James - Esto - de su traje sacó una cajita - Es el símbolo de afirmación ante toda esta gente que tú, eres la Reina de la mafia.

Deslizo el anillo de oro en forma de corona con pequeños diamantes por mi dedo índice derecho. Antes de besarme le susurré "gracias" y en respuesta unió nuestros labios.

Todos aplaudieron.

Bajamos de ahí yendo con los chicos, Liz se marchó a platicar de negocios con mi padre.

-Mi rey, enseguida regreso.

-¿A dónde vas?

-Al tocador.

-Te acompaño.

-No. Quédate aquí, no tardo - asintió no muy convencido.

En el camino al bañó alguien llegó por detrás de mí tapándome la boca para impedirme gritar y con su otra mano en mi cintura me cargó.

-Shh, tranquila - susurraron en mi oído - Soy yo, Nicolás.

Abrí los ojos sorprendida tratando de regular mi respiración, este tonto realmente me asustó.

-Te voy a soltar, pero no grites - me dejó en el suelo

-Me espantaste, idiota - lo encaré soltándole un golpe en el brazo - Quieres matarme, ¿o qué?

-No digas idioteces Alexandra - frunció el ceño - Sabes que te amo - agachó la cabeza - Eres mi mejor amiga - levantó la cabeza mirándome triste.

Al parecer estás mejor que bien, no sabes cuánto me alivia saber eso. Aquel día no pude hacer nada para evitar que te llevaran y perdóname por no poder detener el atentado en tu contra. Me entere un día después al escuchar una llamada de mi padre.

-El ataque no es tu culpa. Pero Nicolás, James piensa que puedes estar apoyando a tu padre y a la persona que intenta matarme ahora que sabes la verdad.

El reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora