Lo primero que vi al despertar era a mi esposo dormido, me quede contemplándolo - Se ve tan dulce - dulcemente, repartí besos por toda su cara. Una sonrisa adormilada se dibujó en sus labios.
-Buen día amor - acaricie su rostro con ternura, él coloco su mano sobre la mía acariciándola.
-Buen día - se llevó mi mano a sus labios depositando un beso en la palma de ésta - Que hermosa forma de despertarme - abrió sus ojos, sentándose en la cama. Recargo su espalda en la cabecera, haciendo un ademán de sentarme en sus piernas.
Con dificultad lo hice, tenía un ligero dolor en la parte baja.
-¿Cómo dormiste? - unió nuestros labios antes de siquiera responderle - ¿Descansaste bien?
-Dormí bien, la verdad ya estaba muriendo de sueño.
-Se notó - ronroneó irónico apretando su agarre en mis caderas. No tarde en ruborizarme por su comentario, la picardía en sus ojos era acompañada por una sonrisa maliciosa; golpee su abdomen sin mucha fuerza - ¡Qué!, Es verdad - se excusó poniendo cara de niño inocente.
-Lo sé, pero no tienes que estarlo diciendo - escondí mi rostro en su cuello avergonzada - Aún no me acostumbro.
-Pronto lo harás - mordió mi hombro, erizándome la piel por su contacto - Voy a vestirme antes de que quieras golpearme otra vez - me dejo en la cama y se levantó de la cama.
-Por dios, hace mucho calor - pensé mordiéndome el labio - Ese hombre está buenísimo - escanee su cuerpo de pies a cabeza - No puedo creer que todo eso me haya comido - con un dedo acaricie mis labios deleitándome con el culo que tiene.
-¿Te gusta lo que ves? - maldición, se dio cuenta que lo estaba mirando - Una foto te duraría más - sonrió malicioso.
-Me encanta lo que veo - confesé atrevida, gateando hacia él - No necesito fotos, ¿sabes por qué?
-¿Por qué? - me miraba deseoso al ver mi cuerpo desnudo pegarse a su cuerpo, rodee su cuello con mis brazos haciendo que mis pechos resaltaran más.
Bese su cuello lamiendo y mordiendo de forma tortuosa - Alex - cerró los ojos pegándome más a su cuerpo.
-Lo mejor - susurre con lentitud en su oído - Es que todo esto - mordí el lóbulo de su oreja, torturándolo más - Es mío.
Tiró de mi cabello, besándome con desesperación; su mano izquierda ascendía por mi abdomen y entonces me separé de él - Vamos a desayunar - sonreí como si nada.
-Esta me las cobrare - sus ojos demostraban la promesa de sus palabras. Provocarlo fue un arma de doble filo, ahora solo quería regresar a la cama y que me folle igual o mejor que ayer -Tienes razón en algo - su voz me saco de mis pensamientos pecaminosos - Todo esto - se señaló de pies a cabeza - Es tuyo y toda tu - escrutó mi cuerpo señalándolo - Eres mía.
Sonreí con las mejillas ardiendo.
Baje de la cama soltando un quejido, seguía sintiendo dolor en ahí, pero era soportable. Rápidamente James me sostuvo de la cintura, preocupado.
-¿Te encuentras bien?, ¿Duele mucho?
-Un poco.
-Perdón, anoche fui muy rudo - me miró preocupado - Te llevaré al hospital.
-James - musite tranquilizadoramente - Estoy bien. Duele un poco, pero es soportable - no muy convencido asintió, soltándome.
Me coloque su camisa, él se puso un pantalón de chándal y ya vestidos salimos de la habitación. Sentía un poco de molestia al caminar, James lo notó y me cargó estilo princesa.
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El rey
RomansaJames Miller o mejor conocido como el Rey, es uno de los más grandes, poderosos, respetados y temidos mafiosos, a decir verdad es el peor. Es muy frívolo con todos y no se tienta el corazón para nada, pues es un bloque de hielo; no conoce el amor po...