Capitulo 26

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Francisco Palmer.

-Nicolás está de parte del clan Miller Coleman - aventé el vaso de whisky contra el piso, rompiéndose por completo - Pensé que por ser hijo de Fabián...

-Pues en eso te equivocaste - se burló April - Él no es como su padre y por lo que sabemos, al igual que los demás, quiere mucho a esa maldita.

-Pues tú también querida hijita - imite su tono burlón - Subestimaste a Alexandra.

-¡Te quieres callar! - Gritó eufórica - Esa tipa me las va a pagar. Se cree la reina, pero muy pronto eso se va acabar.

-Sigues soñando con ser reina de la mafia - cuestioné entre risas - April no seas ilusa, no sabes nada. Seamos honestos, tu solo disfrutas de los lujos que puedes darte, pero no sabes llevar negocios.

-Francisco - pronunció mi nombre amenazadoramente - No me subestimes. Podrás ser mi padre, pero no me conoces realmente - April es mi hija, aunque nunca la trate como tal y viceversa. Ni siquiera se parece a mí; es caprichosa y cuando se lo propone puede ser bastante odiosa.

No dejaré que ella me quite el lugar que quiero.

April, ¿sigue gustándote James?

-Eso a ti no te importa - sentenció frívolamente dándose la vuelta y salió de mi oficina.

-Gustav - llamé a uno de mis hombres - Saben que hacer - asintió y salió.

A partir de mañana todo cambiará.

Alexandra Coleman

Estaba soñando la vez que Steve se marchó de casa, después de la muerte de nuestra madre. Abrí los ojos, seguía oscuro; voltee a ver a mi lado y James seguía durmiendo.

Me levante con sumo cuidado de no despertarlo, agarré mi celular y sin hacer ruido baje al jardín trasero. Tenía un sentimiento de angustia, recordar mi sueño solo incrementaba más ese sentimiento, más porque no he sabido nada de Steve. Busque su número entre mis contactos, necesito saber cómo esta.

Le marqué y nada, así que intente otra vez.

-¿Ciao? (¿Hola?)

-Steve, soy Alex.

-Ah, ¿qué pasó princesa?, ¿todo bien?

-Sí, ¿tú estás bien?, ¿Nicolás?

-Estamos bien, ¿tú lo estás?

-Lo estoy, ¿cuándo regresan?

-Ya estamos aquí.

-Steve... - me callé al escuchar el susurro de Nicolás diciéndole, "nos están siguiendo". Los nervios comenzaron a invadirme y mi angustia creció, ahora entiendo por qué ese presentimiento.

Mi hermano está en peligro.

-No te escuche Alex - subió su tono de voz para disimular que aceleró el auto - Princesa vengo manejando, te hablo más...

-¡Ni se te ocurra Steve!, sé que traer el auricular o el altavoz, así que no me vayas a colgar y dime que sucede.

-Princesa, de qué ha...

-No me mientas Coleman, escuché a Nicolás. ¡CONTÉSTAME! - una lagrima cayo por me mejilla; escuche un disparo, supuse fue Nico.

Nos vienen siguiendo dos camionetas desde que salimos del aeropuerto - el pelinegro soltó un suspiro - Nicolás ha intentado ganar tiempo.

-¿Y tus hombres? - Silencio - STEVE, ¡TUS ESCOLTAS!

-Esta vez no viene nadie conmigo, solo somos Nicolás y yo.

El reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora