Capitulo 10

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-Sentémonos en el sillón - sugiere lanzándose a un sofá - ¿Enserio son hermanos?

-Si - respondí riendo, parece un niño - Una semana después de que mi madre muriera se marchó y nunca lo volvimos a ver. Imagine que Kyle les había contado sobre Steve.

-No, Kyle nunca mencionó nada de ninguno.

-Kyle es más cálido, pero oculta sus sentimientos. Si no les platicó supongo fue por inseguridad, o miedo. No importa cuanta confianza les tenga, es desconfiado.

Por otra parte, Steve se volvió un tempano de hielo; encerró su sufrimiento consigo mismo y un día ya no supimos nada de él.

Las lágrimas bajaban por mis mejillas, Evan me abrazó.

-No llores enana, tranquila. Vamos por un helado, yo invito - me guiñó un ojo - Mañana habrá una cena por la llegada de Liz - cambió de tema - Recomiendo que te prepares.

-¿Quién es Liz?

-Nuestra hermana menor - respondió encogiéndose de hombros - En el camino te cuento todo.

Me jaló fuera de la casa, en el patio nos encontramos con Sofí.

-Nana, puedes avisarle a James y Steve que salí y Alex va conmigo.

-Claro mi niño, con mucho cuidado y la cuidas bien o James se enojará.

-Si nana - rodó los ojos - No te preocupes.

Fuimos a la cochera por su auto, un Lamborghini HURACÁN STO.

-Lindo auto.

-Gracias - me ayudó a subir, después subió él y partimos.

Durante el trayecto me contó sobre su hermana y él, yo moría de la risa con sus anécdotas.

He de comentar que Evan es como una mujer. Cosa que veía y le gustaba, cosa que compraba.

-¿Cuáles tenis se ven mejor?

Así estuvimos en cada tienda que entrabamos, él preguntaba y yo respondía. Salimos de esa tienda y continuamos con nuestro recorrido.

Un vestido en exhibición de una tienda llamó mi atención.

-Es lindo, ¿Te gusta?

-Sí, es bonito.

-Bien - me arrastró adentro de la boutique - Elige los que quieras.

-No Evan, no puedo.

-¿Por qué no?, es un regalo de muchos para mi cuñada. Anda enana - hizo un puchero - Elige uno para la cena de mañana.

-Evan - murmuré.

-No nos iremos hasta que elijas un vestido - amenazó - Después iremos por zapatos y cosas de chicas, aunque sea aburrido.

Lo miré incrédula.

-Shh - movió la mano haciendo un gesto de silencio.

-Ya tengo muchas cosas en casa.

-¿Y? - Levanta una ceja - Disfruta ahorita que se puede, anda - me empujó levemente por los hombros - Si llegamos muy tarde James me matará.

-Está bien - suspiré resignada.

Le pedí a una de las señoritas que atendía que me enseñara el vestido en exhibición. Ella amablemente me lo dio y dijo dónde probármelo.

Evan se limitaba a seguirme.

-Espera aquí - asintió.

Entre al probador.

El vestido es de encaje, blanco, con mangas, pegado al cuerpo; tiene un escote considerable. Vaya que es bonito a pesar de su simpleza.

El reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora