Capitulo 63

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-Señora, por favor baje de la camioneta. El Patrón espera adentro.

-No quiero verlo.

-¿Y a mí?

-¡Sofí! - grité emocionada bajando rápidamente, corriendo abrazar a la mujer tan bella que se convirtió en un gran apoyo durante mi matrimonio con James.

-Es un gusto verte nuevamente mi niña - sollozó devolviéndome el abrazo - Te has puesto más hermosa de lo que estabas, esa pequeña panza se nota cada vez un poco más.

-Casi cumplo las 14 semanas.

-Te sienta muy bien el embarazo.

-Gracias - sonreí cálidamente.

-Ven, vayamos dentro.

-No - la solté alejándome un poco - No quiero verlo Sofí, por favor dile que me deje ir y me regreso sola.

-No te irás - salió James y en un instante me cargo llevándome entre sus brazos.

-Quieres bajarme de una buena vez - pedí intentando sonar lo más serena y fría posible, me ponía de nervios. Entró en una habitación del tercer piso al final del pasillo, cerró con llave y me dejó con sumo cuidado sobre su cama.

-¿Por qué no quieres verme? - Su semblante serio cambió a uno triste - Sé que me equivoque. Aquel día fui un completo imbécil, te grité y dije cosas hirientes que no merecías; fui un completo cabrón.

-Esperaba una disculpa en ese momento, no después de varias semanas. No entendía por qué te marchaste de la noche a la mañana, no entendía el por qué no me buscaste como siempre lo hacías; te fuiste y yo me quede ahí... Merecía una explicación.

-Y mereces una - añadió - ¿Me dejaste explicarte?

-No James. Quiero irme a casa en este momento.

Soltó un suspiro pesado, frotándose la cara con ambas manos - Por favor Alexandra, solo... Solo déjame explicarte y cuando termine puedes tomar una decisión.

-Está bien - me acomode en la cama para que él pudiera sentarse a mi lado.

-Cuando te fuiste quise golpear a Palmer, le grité incontables veces intentando provocarlo y lo único que conseguí fue que me dejara en ridículo al decirme el peligro que corrías. Después de que él se fue, Kyle me reclamo y ahí entre en razón; había metido la pata aún más, pues no tenía mucho que te había prometido ya no desconfiar de ti. Estabas en peligro y lo único que pensaba era en por qué estabas con Palmer sin solucionar lo ocurrido minutos antes.

Me sentí un completo cabrón al entrar en sí, darme cuenta que te insulte delante de los demás y cómo te hice sentir. Me fui porque no podía estar de esa manera contigo, quería ser una mejor persona para ti, pero necesitaba estar lejos para aprender a valorarte. No sé si es lo mejor que pude hacer, sin embargo; estas semanas alejado me han servido porque me he dado cuenta que sin ti... Sin ti, amor mío, no soy nadie.

-James... - hizo un ademán de silencio y deje que continuara.

-Quiero que estés a mi lado, Alexandra. No te prometo no más discusiones por mis estúpidos celos, eso jamás cambiará porque eres mi mundo. Lo que si prometo es que me controlaré y averiguaré primero qué pasa.

Esta vez, prometo que tendrás la seguridad de que confiaré en ti, sé que me amas o de otro modo no habrías vuelto conmigo y mucho menos llevarías un hijo mío en tu vientre. Te amo, Alexandra Coleman y haré todo lo que pidas con tal de recuperarte, vida mía.

-Miller, te amo y quiero estar contigo - sus ojos se iluminaron. Sonriendo, iba abalanzarse sobre mí para besarme, pero puse una mano en su pecho deteniéndolo - Cada que te equivocas y pides disculpas regreso a ti perdonándote todo, como si nada hubiera pasado y la verdad es que no está bien. Ahora entiendas las cosas y lo cierto es, que aunque desee estar contigo no te lo pondré fácil.

El reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora