Capitulo 38

21.1K 965 22
                                    

Escucharlo hablar así hizo que mis sentimientos por él se hicieran más grandes. Fue un completo imbécil, pero al menos por una vez está siendo sincero conmigo y había abierto su corazón, cosa que ni estando casados había hecho.

No tengo idea cuanto tiempo tarde en revelarme todos sus miedos y secretos, lo único que sé es que yo estaré ahí con él.

-La forma en la que te comportaste no fue la correcta y lo sabes - dije aclarando mi garganta, limpiando mis lágrimas con el dorso de mi mano - Y si - hice una pausa tortuosa - Te perdono - limpió sus lágrimas y se abalanzó sobre mí, tomando mi cara entre sus manos.

Sus ojos se ven rojos.

-Danke schönheit. (Gracias belleza)

Besó mi frente, descendiendo a mis mejillas, a la comisura de mis labios y por fin atrapó mis labios en un dulce y delicado beso.

Extrañaba besarlo, es una delicia.

-James - suspire terminando el beso - Aunque te haya perdonado las cosas no serán como antes, ahora no solo voy a ver por mí sino también por él - acaricie mi vientre aun plano - Y podré amarte demasiado y quizá me duela el alma una vez más, pero prefiero eso a soportar un maltrato tuyo. No voy hacer sufrir a mi hijo.

-Lo se mi reina, yo sé que ya no solo seremos nosotros si no también nuestro bebé - remarcando la palabra "nuestro" por segunda ocasión en el día, dirigió su mano posándola sobre mi vientre, donde acaricio por encima de la cobija - Voy a cambiar mi comportamiento contigo, en verdad quiero que estemos bien.

-¿Por qué haces esto? - tape mis ojos con mis manos hablando entrecortadamente.

Con sus manos alejo las mías - Porque no veo mi vida sin ti - confesó sobre mis labios antes de pegarlos a los míos sin darme tiempo a responder. El beso era dulce, tranquilo, despacio; en pocas palabras, transmitía su amor.

Nos separamos porque fuimos interrumpidos por Carlos.

-Me alegra ver que se reconciliaron - nos sonrió - Tengo que hacer mi trabajo - hizo una mueca - Así es, otro chequeo.

-¿Cuándo podre irme? - pregunte ansiosa, nunca me ha gustado estar en los hospitales. Me aburro demasiado y más si yo soy la que debe estar todo el día en una camilla sin poder moverse.

-Depende de cómo salgas en la revisión diré sin te doy el alta o aun permaneces otros días - hice un puchero.

-Es muy aburrido estar aquí, no me gusta.

-Ni modo amor, lo tendrás que hacer por el bien de ambos - dijo James cruzándose de brazos, sentándose en el sillón.

-Miller tiene razón Alexandra - concordó Carlos - Terminando de revisarte pasarás con tu ginecóloga para que cheque el estado del embrión, vendrá una enfermera por ti - miró a James - Si quieres puedes ir con ella.

-¿Enserio puedo ir? - preguntó un poco emocionado.

-Si - río Carlos - Pero ahorita necesito que esperes afuera en lo que la reviso - bufo parándose del sillón, dirigiéndose a la salida.

-No tardes mucho, no me gusta que la andes tocando - rodé los ojos, este hombre no puede ser más celoso.

-James, no empieces - advertí y salió sin replicar.

-Es muy celoso - mencionó Carlos entre risas - Y lo entiendo, todos los hombres somos celosos cuando se trata de la mujer que queremos y él te quiere demasiado - me sonrió - En fin, qué te parece si te reviso rápidamente - asentí y sin más comenzó a revisarme.

-Todo está en orden, tu recuperación en rápida, pero aun debes tener cuidado - me dio las instrucciones de lo que puedo y no hacer - Después de que pases con la ginecóloga podrás irte - me miró serio - Es importante que sigas las instrucciones al pie de la letra, lo que te decimos no es un juego Alexandra.

El reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora