Escucharlo hablar así hizo que mis sentimientos por él se hicieran más grandes. Fue un completo imbécil, pero al menos por una vez está siendo sincero conmigo y había abierto su corazón, cosa que ni estando casados había hecho.
No tengo idea cuanto tiempo tarde en revelarme todos sus miedos y secretos, lo único que sé es que yo estaré ahí con él.
-La forma en la que te comportaste no fue la correcta y lo sabes - dije aclarando mi garganta, limpiando mis lágrimas con el dorso de mi mano - Y si - hice una pausa tortuosa - Te perdono - limpió sus lágrimas y se abalanzó sobre mí, tomando mi cara entre sus manos.
Sus ojos se ven rojos.
-Danke schönheit. (Gracias belleza)
Besó mi frente, descendiendo a mis mejillas, a la comisura de mis labios y por fin atrapó mis labios en un dulce y delicado beso.
Extrañaba besarlo, es una delicia.
-James - suspire terminando el beso - Aunque te haya perdonado las cosas no serán como antes, ahora no solo voy a ver por mí sino también por él - acaricie mi vientre aun plano - Y podré amarte demasiado y quizá me duela el alma una vez más, pero prefiero eso a soportar un maltrato tuyo. No voy hacer sufrir a mi hijo.
-Lo se mi reina, yo sé que ya no solo seremos nosotros si no también nuestro bebé - remarcando la palabra "nuestro" por segunda ocasión en el día, dirigió su mano posándola sobre mi vientre, donde acaricio por encima de la cobija - Voy a cambiar mi comportamiento contigo, en verdad quiero que estemos bien.
-¿Por qué haces esto? - tape mis ojos con mis manos hablando entrecortadamente.
Con sus manos alejo las mías - Porque no veo mi vida sin ti - confesó sobre mis labios antes de pegarlos a los míos sin darme tiempo a responder. El beso era dulce, tranquilo, despacio; en pocas palabras, transmitía su amor.
Nos separamos porque fuimos interrumpidos por Carlos.
-Me alegra ver que se reconciliaron - nos sonrió - Tengo que hacer mi trabajo - hizo una mueca - Así es, otro chequeo.
-¿Cuándo podre irme? - pregunte ansiosa, nunca me ha gustado estar en los hospitales. Me aburro demasiado y más si yo soy la que debe estar todo el día en una camilla sin poder moverse.
-Depende de cómo salgas en la revisión diré sin te doy el alta o aun permaneces otros días - hice un puchero.
-Es muy aburrido estar aquí, no me gusta.
-Ni modo amor, lo tendrás que hacer por el bien de ambos - dijo James cruzándose de brazos, sentándose en el sillón.
-Miller tiene razón Alexandra - concordó Carlos - Terminando de revisarte pasarás con tu ginecóloga para que cheque el estado del embrión, vendrá una enfermera por ti - miró a James - Si quieres puedes ir con ella.
-¿Enserio puedo ir? - preguntó un poco emocionado.
-Si - río Carlos - Pero ahorita necesito que esperes afuera en lo que la reviso - bufo parándose del sillón, dirigiéndose a la salida.
-No tardes mucho, no me gusta que la andes tocando - rodé los ojos, este hombre no puede ser más celoso.
-James, no empieces - advertí y salió sin replicar.
-Es muy celoso - mencionó Carlos entre risas - Y lo entiendo, todos los hombres somos celosos cuando se trata de la mujer que queremos y él te quiere demasiado - me sonrió - En fin, qué te parece si te reviso rápidamente - asentí y sin más comenzó a revisarme.
-Todo está en orden, tu recuperación en rápida, pero aun debes tener cuidado - me dio las instrucciones de lo que puedo y no hacer - Después de que pases con la ginecóloga podrás irte - me miró serio - Es importante que sigas las instrucciones al pie de la letra, lo que te decimos no es un juego Alexandra.

ESTÁS LEYENDO
El rey
RomanceJames Miller o mejor conocido como el Rey, es uno de los más grandes, poderosos, respetados y temidos mafiosos, a decir verdad es el peor. Es muy frívolo con todos y no se tienta el corazón para nada, pues es un bloque de hielo; no conoce el amor po...