CAPITULO 5

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ESTHER


-¿Quién de ustedes está a favor de la poligamia? -Se escucharon algunas risas en el auditorio entre los alumnos- No se rían, todos saben que para ciertas culturas resulta legal y por lo tanto aceptado que un hombre se case con varias mujeres al mismo tiempo o al revés, una mujer con varios hombres.

-En los sueños uno puede acomodar las cosas como se le canta, pero en la vida real occidental y cristiana no se hace lo que siempre se quiere -dijo haciéndose el gracioso un pelirrojo sentado al fondo a la izquierda- En lo personal prefiero el poliamor, es más sano y divertido.

Lo miré sorprendido. Todos los caminos conducían al mismo puerto, un perfecto idiota.

-¿Acaso usted querría tener varias novias en la vida real? – le pregunté irónicamente

-Sí, pero me iría de viaje con la actual, jamás con la de la semana anterior -replicó el alumno con una sonrisa canchera motivando las carcajadas de sus compañeros.

-¿Cuántos años tiene? –le dije mirándolo fijo a los ojos.

-Veintiuno

-¿Y novias?

-Pocas

-Pobres...-contesté rápido dando rienda suelta a más risas de los alumnos - Quiero que entiendan que para la cultura occidental, cuya sociedad se basa en la familia y en el matrimonio, que alguien pueda casarse con varias personas a la vez no es aceptado porque violenta principios y valores de orden ético superior. Ese orden ético determina el contenido de las normas legales. Por eso, explicar en qué consiste, cual es en el fondo el elemento moral que integra el conjunto de leyes que nos regulan, es una cuestión que dividió profundamente a los filósofos a lo largo de los siglos. Por eso lo que sabemos del Derecho, lo sabemos por su historia.

-Profesora, la realidad ha cambiado mucho, en la época de mis padres la gente ni siquiera podía divorciarse ni existía el matrimonio legal igualitario – explicó una alumna sentada justo enfrente a mi. Era una buena alumna, de las que cuando abren la boca no dicen pavadas.

-Es cierto -argumenté ¿y eso para usted qué explicación tiene?

-Bueno, lo que quiero decir es que ese elemento moral que usted enseña no siempre es el mismo, va cambiando con los años, si no no se entiende por qué lo que antes era delito, ahora no lo es o lo que antes no se podía hacer, ahora sí. La moral de una sociedad va cambiando.

-Es verdad, cambian las pautas culturales a medida que progresan las ideas y avanza la humanidad. Vean lo que ocurrió con la esclavitud que durante tantos años fue tolerada y luego prohibida o con la legalización del aborto...ni hablar de la tecnología que va creando nuevos paradigmas y dilemas morales. Lo que quiero señalar es que siempre existen pautas culturales en una sociedad que definen el contenido ético de las leyes y que son aceptadas por la mayoría. Esas pautas van evolucionando a medida que pasa el tiempo.

-Eso es lo que va a pasar con el poliamor. La exclusividad sexual va a dejar de existir de a poco –volvió a escena el colorado del fondo pretendiendo hacerse el chistoso otra vez- Ese cuento de la otra mitad o de la media naranja era de la época de nuestros abuelos.

Esta vez nadie se río en el auditorio.

-¿Cuál es su nombre? – lo corté en seco.

-Gerardo Aducci – respondió algo asustado ante mi cara poco amistosa; es decir, mi cara habitual.

-Aducci, usted dice que acepta las relaciones abiertas como una forma de amar a varias personas, que eso es más sano y divertido, que solamente gente inteligente, como debe ser usted seguramente, entienden, pero dígame cuál es el contenido ético que justifique la legalidad de esas formas de relacionarse entre las personas.

NOVIEMBRE ASTILLADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora