ENERO- ABRIL 2018
BELTRÁN
La Pedrera, el balneario de la costa uruguaya cercano a la frontera con Brasil, quedó lejos en el tiempo una vez que regresé a San Martín de los Andes para empezar otro año. Hasta allá había viajado las dos últimas semanas de enero para encontrarme con un par de amigos de Buenos Aires, luego de casi dos años sin verlos.
Los tres vivimos en una casa alquilada de estilo mexicano sobre la playa con una terraza que tenía una vista fantástica al mar. La tranquilidad del lugar y el agua que mezclaba colores verdes y azules por las mañanas haciendo juego con las tramas del atardecer, fueron el escenario perfecto para el reencuentro con mis amigos de toda la vida. Pasábamos el tiempo repasando historias, enderezando vínculos y haciendo nada, salvo reírnos de nosotros mismos. Fueron días de reencuentro, o más que eso.
Fueron días de confirmación.
Pero como todas las cosas, las vacaciones también tienen un final, tras el cual se vuelve a iniciar la rueda. El ejercicio de la profesión de abogado se halla repleto de altibajos y de contratiempos, en especial para quienes la ejercemos en forma independiente y sin un ingreso fijo mensual. Yo había atravesado todos los mundos posibles marcados por las palmadas en la espalda y la caída estrepitosa, pero tengo esperanzas de dar vuelta el partido.
En realidad, los dos que juego día a día.
-Entonces lo de tu amor por la novia de tu amigo fue todo un verso.
-Obvio. Lo dije en joda para cortar un poco el mambo que se había creado en el programa...era medio bajón, loco, no daba para tanto. Puedo llegar a tener una aventura iniciática con una mina, pero no por ahora, me gustan mucho los hombres.
El día anterior, Lola Ezcurra, la amiga de Tommy, la que tiene el corazón al revés, me pidió que la asesorara legalmente sobre un tema personal muy delicado que no me quiso adelantar por teléfono. Sentada al lado mío en el sillón de casa, parecía cruzada de piernas especialmente para mí, mientras hacía gala de todo su charme para seducirme. Era una expresión de la belleza de la que no se podía ser indiferente.
O sea, estaba bárbara.
-La idea de Tommy era justamente esa, crear un clima intimista que tuviera que ver con la noche buena y derramarse ante los demás que estaban escuchando–le dije.
-Sí, pero tampoco la de ponernos tan melancos. Había que mandar algo medio picante. Fue como haber prendido algún faso para despistar.
-Eso ya lo dijo Charly García hace treinta años.
Hice una pausa.
-¿Tommy sabe que estás acá?
-No, ¿por qué debería saberlo? No es mi dueño.
-Pero es mi amigo –le contesté al toque marcando algún límite, imaginario o no.
-Tommy no sabe nada de lo que te voy a contar y no quiero que lo sepa, al menos por ahora. Después se verá.
- Acá soy abogado y estoy obligado a guardar el secreto, así que por ese lado quedate tranquila.
-Ya sé. Igual te pido que no me mandes al frente.
-Jamás lo haría.
-No sé, ustedes los hombres tienen esa cosa de la amistad por encima de todo.
Yo sabía que Tommy estaba re contra enganchado con Lola y que el feedback no era el mismo de su parte, a pesar de que me hablaba maravillas de mi amigo. Que era divertido, interesante, hasta atractivo físicamente en su estilo. Claro que confesar al aire en el programa de radio que estaba enamorada de otra mina, tiraba toda esperanza al carajo.
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NOVIEMBRE ASTILLADO
Fiksi UmumBELTRAN ARRAYA es un joven abogado de Buenos Aires que, a causa de sus problemas con el alcohol y algún que otro imperdonable error, perdió su trabajo. Con gran voluntad para recuperarse, decide irse a vivir a San Martín de los Andes y comenzar una...