Capítulo 31

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Donde tu mano se extiende.

Donde tu mano se extiende

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Yuuri y Victor se hallaban recostados en la cama, ambos de lado y mirándose de frente como si solamente aprovecharan ese tiempo a charlar un poco y tomarse con calma el curso de los hechos; no significaba que no hubiese preocupaciones pero decidieron esperar y no alterarse ante un problema que por el momento no se resolvería de esa manera. Aprovecharon en hablar algo de ellos, Yuuri relató un par de recuerdos alegres compartidos con su sobrina o qué tipo de libros poseía y esperaba que Victor leyera, estudiara, Victor habló de sus pasatiempos en Stammi Vicino, las temporadas de invierno en la nieve cuando jugaba con Makkachin a deslizarse colina abajo por las montañas y ser reprendido en diversas ocasiones por provocar avalanchas, de su familia y estrictos padres respetables de la ciudad, ciertas amistades; básicamente ocuparon el tiempo en temas diversos sin tocar cuestiones muy profundas, solo se distraían y de paso se conocían mucho mejor.

En determinado momento el tema retomó a los elixeres .

—Creo que ahora te comprendo un poco más, como cuando me negaste y te molestaste cuando bebí el elixir de omega. En ese momento solo pensé en mí mismo, en experimentar lo que ellos sienten. No es algo con lo que uno debería jugar, no querías verme tener ese celo ¿cierto?

Yuuri suspiró.

—Fue demasiado molesto, si yo no hubiese bebido el elixir de beta apenas hora antes tal vez me hubiese afectado aunque no puedo negar que sí estaba incómodo. Con Guang Hong mi dosis tenía que ser renovada por eso se adelantó. Como dije, mis elixires son mejores que años atrás, pero si en ese momento en que tú te bajaste la botella de omega y tuviste el celo el efecto del elixir en mi cuerpo hubiese sido débil seguramente las cosas habrían resultado distintas. ¿Entiendes que pudo haberte ocurrido algo malo?

—En ese entonces desconocía por completo todo esto. Pero de saberlo o no, nunca debí hacer aquello. No voy a mentir, un lado mío sigue siendo egoísta y no se arrepiente de lo que hizo. Me habría hecho responsable si eso repercutía en ti también, ¿te molesta que haya sido tan curioso? —observaba al rostro del pelinegro que no demostraba otra expresión que tranquilidad.

—Solo porque no hay maldad en tu corazón y eso lo aprendí con tu presencia con nosotros es que ya no puedo molestarme, también porque de alguna forma me gusta que seas así —sonrió.

—¿Te gusta que sea curioso? ¿Aunque me meta con tus cosas?

—No me temes, no pones distancia ni tratas de chantajearme o estafarme con algo, aceptas lo malo y bueno en mí, quieres aprender, eres gentil. Por eso puedo confiar y decidí aceptarte; hay muchas personas curiosas pero arriesgarse a algo nuevo sin saber cómo podrían resultar las cosas no lo hace cualquiera. Eres raro.

—¿Me dices a mí raro? Yuuri es el raro —rió—. Pero espero de ahora en más conocer más de ti, seguir escuchándote y mostrarme el mundo en el que vives, vivir juntos hasta que seamos viejitos y Shiori se convierta en una bella mujer de la que nos cueste aceptar si consigue pareja —volvió a reírse de su propia tontería.

Bohemia vida de un inusual hechicero. - [ Victuuri ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora