Capítulo 63

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Un amanecer de decisiones.

En Ágape era temprano en la mañana cuando Otabek abandonó la mansión, en el extenso jardín se hallaba Yurio que apenas el sol surgió salió de su cama para comenzar a entrenar

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En Ágape era temprano en la mañana cuando Otabek abandonó la mansión, en el extenso jardín se hallaba Yurio que apenas el sol surgió salió de su cama para comenzar a entrenar. Estaba acompañado de Potya que aún al ser cachorro se distraía con muchas cosas alrededor pero tenía un gran apego al rubio, en pocos días ya captaba que tenía nombre y no se apartaba demasiado de él.

Cuando Yurio observó la presencia de Otabek se acercó rápidamente, secando el sudor de su frente y captando su atención.

—Hey, ¿te irás a algún lado? —preguntó observando que cargaba una mochila en su hombro.

—Sí. Saldré un momento de las murallas, hay unas cuevas cerca de las que quiero recolectar un par de rocas —su tono de voz era un poco elevado de lo normal, con una mirada que disimuladamente se desviaba hacia el edificio, asegurándose que alguna persona que trabajaba en el lugar escuchara al propósito—. Te traeré un par de plantas si deseas también así estudias mejor tu botánica, pero no puedo traerte animales —rió rascando un poco su barbilla.

Yuri al escuchar aquello sonrió y simplemente dejó de interrumpir su tiempo para dejar que se vaya.

—Está bien. Yo volveré a mi entrenamiento entonces.

—Bien. Si Mila o mi hermano me buscan ya sabes qué decirles.

Después de aquello, Otabek se dirigiría hacia su motocicleta con intensión de ese breve viaje. Esto no era para nada raro, Otabek bien tenía la libertad de poder salir o entrar en la ciudad si así lo deseara, lo hacía cuando las ciudades de Ágape y Samarkand no estaban unificadas. Era de conocimiento general que él solía estudiar diferentes objetos de la naturaleza, que estaba interesado en la mecánica, la tecnología, por ejemplo, pero sin que tuviera relación con los hechiceros; más que su propia familia conociera algunos detalles que no se comentaba fuera de ellos, nadie debía saber que podía estar involucrado con ese tipo de prácticas y mucho menos tener clientes hechiceros interesados en sus artefactos.

Yuri sabía cuando Otabek le hablaba con otro tipo de mensaje detrás, no podía ser sincero si otros llegaban a escucharlo, podría meterse en problemas. Sabía que en otro momento en privado le comentaría si realmente salió de las murallas a solo hacer lo revelado. Era bastante consciente de lo que ocurrió en L'Homme Armé, su investigación en la fábrica en que llegó la noticia a varios puntos del mundo acerca del extraño material que puso en peligro a los ciudadanos, por lo que esperaba no se metiera en alguna especie de problema si averiguaban que estuvo allí.

—"Otabek no te vayas" —se escuchó una voz infantil detrás de él—. "Quiero que me lleves contigo, pero no puedo salir porque ya gasté mi permiso por estos meses. Otabeeek"

Yurio se giró molesto.

—¡Cállate Mila, no estaba pensando en eso! —calló a la pelirroja que carcajeaba muy divertida.

Bohemia vida de un inusual hechicero. - [ Victuuri ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora