Capítulo 13

1.2K 158 67
                                    

El placer no entiende de categorías.

El placer no entiende de categorías

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Yuuri levantó nuevamente su bolsa, se quitó sus zapatos, y se acercó a un escritorio para colocarla sobre la misma, de igual manera hizo con su mochila de madera, luego se acercó a una de las ventanas y la abrió para que circulara el aire. En eso, en apreciación del anochecer en auge, el pequeño picaflor que se mantenía oculto dentro del abrigo del hechicero, asomó su cabeza y salió despedido por la ventana, aprovechando a disfrutar de la noche, alimentarse y rondar por el bosque. Victor buscó la misma comodidad de despojarse de sus objetos y quitarse el largo abrigo que lo cubría.

—¿Cómo haremos con esto? —preguntó Yuuri mirando en dirección a la cama—. Era obvio que no nos darían camas separadas.

—¿Y qué tiene de malo? —el platinado se arrojó de espalda al colchón para sentir su suavidad—. Es bastante cómodo, además, ya hemos dormido en la misma cama en una ocasión ¿qué hay de diferente ahora?

—Pero en esa ocasión no me di cuenta que me quedé dormido, tú prácticamente invadiste mi habitación sin permiso —respondió con disgusto y apartó la mirada—. ¡Duerme en la cama pequeña! —señaló a la cama para niños.

—¡No entro ni la mitad! —se sentó deprisa, refunfuñando—. ¡No es que le vaya a hacer algo malo a Yuuri! —suspiró—. Ya sabía que no confiabas en mi —se cubrió el rostro—, eres muy cruel Yuuri Eros, a pesar de ser mi pareja —actuó de forma melodramática—. Ya no me tocas como antes...

—¡Detenta ya! ¡y no somos —bajó el tono de voz por las dudas se escucharan sus exclamaciones hasta el piso de abajo—, no somos pareja —susurró furioso.

—Aún —descubrió su rostro y guiñó un ojo.

—¡Deja de ser tan molesto! —buscó uno de los zapatos y lo arrojó en dirección al platinado.

Victor logró esquivar el zapato que cruzó a milímetros de su brazo y quedó sorprendido ante tal ataque. Se giró a buscarlo en silencio, como si preparara una venganza en su mente.

—Yuuri, no puedes tirar a las personas con zapatos —se acercó hasta el pelirrojo y arrojó el objeto al suelo, con mucha seriedad se detuvo frente a sus pies—. ¿Estos son los modales que le enseñas a la niña?

—¿Eh? Tú, tú te lo buscaste —retrocedió un paso ante la presencia irritable ¿por qué retrocedía? Sin problema alguno podría ponerlo en su lugar, dejarlo inconsciente si fuese necesario, pero no quería eso ya que reconocía que todo esto no era más que un mero juego; dejarse llevar por ese juego era lo extraño en él.

—¿En serio? —sonrió con malicia—, entonces ¡tú te buscaste esto! —arremetió contra él para propiciarle unas violentas cosquillas por todo su abdomen.

—¡Hey, ¿qué haces? Espera, espera! —trató de defenderse e interrumpir la acción pero solo conseguía removerse y sentir ese incómodo hormigueo de tortura en su cuerpo—. ¡Basta, para he dicho!

Bohemia vida de un inusual hechicero. - [ Victuuri ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora