Capítulo 55

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¿Fuera de peligro?

Al tiempo, Yuuri fue abriendo sus ojos y a penas lo hizo no tardó en sobresaltarse al recordar su mano y a Victor, como quién despierta de una pesadilla con el corazón latiendo a mil

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Al tiempo, Yuuri fue abriendo sus ojos y a penas lo hizo no tardó en sobresaltarse al recordar su mano y a Victor, como quién despierta de una pesadilla con el corazón latiendo a mil. Su brazo seguía sujeto con fuerza casi al punto que los dedos ajenos se clavaban en la piel para que el brazo siguiera en el mismo lugar, al mirar detrás de él, Victor se mantenía despierto y lo había vigilado tal cual había dicho.

—¿Cuánto dormí? —preguntó confuso el hechicero.

—Mmm... creo que unas dos horas. No ha sido mucho, puedes seguir descanso un poco más —dijo tranquilo, sin problema alguno de mantener su lugar si así lo necesitaba su pareja.

—No, está bien—masajeó su frente—. Creo que es suficiente, ¿tú te sientes bien? —se cercioró que Victor aún estaba en buen estado.

—Sí, solo estoy un poco acalambrado por estar en la misma posición por dos horas —rió—. Y nada más, me siento bien por eso te sugerí dormir un rato más.

—Es mejor seguir —se sentó derecho y meció su cuello de un lado a otro—. Si quieres puedes ir a dormir un rato, yo seguiré con esto. Cuánto antes termine será mejor.

—Entiendo —intentó colocarse de pie lentamente—. Aaah, mis piernas —fue estirando sus piernas y las masajeó mientras volvía a dejar al hechicero que continuara con su trabajo—. ¿Necesitas algo?

—No, estoy bien —fue acomodando las herramientas nuevamente frente a él.

—De acuerdo, entonces descansaré un momento...

Antes de ingresar a la casa, Yuuri lo sostuvo de su pierna y lo detuvo. Victor se giró pensando que quería pedirle algo.

—Gracias por lo de antes, haberme vigilado y dejarme dormir... ya sabes —dijo apenado.

Victor sonrió, se acercó para besar su mejilla y se alejó nuevamente.

—No hay de qué, mi Yuuri —susurró—. Si te sientes mal, no te sobreexfuerces ¿sí?

Luego de aquello, parecía que Victor había ingresado a la casa para ir directo a la cama a descansar pero no tardó más de cinco minutos y él estaba regresando de nuevo al frente de la casa. Esta vez trajo una almohada y otra manta del cual una vez posicionó la almohada cerca de la puerta, se recostó en el piso y se cubrió para dormirse.

—Despiértame en dos horas —pronunció cerrando sus ojos.

—¡¿Pero por qué duermes aquí?! —hizo que volviera a abrir sus ojos del grito—. ¿Por qué no vas a dormir a la cama que es más cómodo? No necesitas estar a mi lado, yo voy a estar bien.

—No, no, no. Si necesitas algo no podré escucharte, además no quiero llegar a dormirme y que las horas se me vayan. Si Yuuri debe estar incómodo y pasando frío aquí afuera, entonces esto no es nada para mí —dijo con seguridad—. Ya hemos dormido en la intemperie antes en nuestros viajes. No me dejes dormir mucho ¿escuchaste? —clavó mirada demandante antes de cerrar definitivamente sus ojos y querer dormir.

Bohemia vida de un inusual hechicero. - [ Victuuri ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora