Capítulo 51

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Personas desagradables.

El hechicero se hallaba a horas de la noche en la casa de los muchachos, sin un muy buen aspecto y ellos lo notaron

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El hechicero se hallaba a horas de la noche en la casa de los muchachos, sin un muy buen aspecto y ellos lo notaron. Sara tenía planeado irse a su segundo trabajo pero los chicos se lo negaron, salió de la metalúrgica peor que el día de ayer y con una fiebre más elevada. Sin importar si la despedían de su trabajo no permitieron que continuara descuidando su salud de esta forma, sabiendo las consecuencias de esto; si es que ellos tenían que recorrer toda la ciudad para buscar algún otro trabajo, lo harían. No era sencillo, si la fábrica hubiese cerrado días antes quizás ella no tendría que estar en esta situación. No podían exigir que Sara continúe trabajando día a día hasta que colapse finalmente y sea demasiado tarde.

Sara, recostada en su cama, se lamentaba no poder haber aguantado más, aunque no sea su culpa se culpaba no ser un poco más fuerte. Tenía miedo que por faltar al trabajo, pese a que avisara que sea por problema de salud, la despidieran, perjudicara a su hermano y compañero, no les ofrecieran otro trabajo cuando se recuperara...

—Perdón. Cuando pueda levantarme recorreré todo rincón buscando trabajo, lo haré —continuaba lamentándose mientras su hermano cambiaba el paño mojado de su frente.

—No te preocupes más por eso. Nosotros nos encargaremos, descansa ahora. No perderás tu trabajo porque de esto se enterarán afuera ¿si? Nos ayudarán —dijo Michele acariciando la mejilla de su hermana—. Lo importante ahora es que tu fiebre baje y te sientas mejor.

Todos estaban sumamente preocupados por ella. Michele no sabía qué hacer. Dejando que Sara aprovechara a dormir un rato, Michele se regresó al comedor y se sentó junto a Emil y Yuuri que lo esperaban en la mesa.

—¿Tú te encuentras bien? —preguntó Michele al hechicero, notando sus enrojecidos ojos.

—Sí... no se preocupen —respondió frotando sus ojos y tomando aire para reponerse y enfocarse en el orden de los planes.

Yuuri les explicó al dúo lo siguiente que necesitarían hacer, detallando su conexión con la persona que se infiltró y ellos sorprendieron. Antes Michele y Emil desconocían la gravedad que acarreaba la fábrica, pero desde que la salud de Sara pasó a formar su prioridad esta vez contribuirían en cualquier cuestión que significara ayudar a terminar con el problema. Si necesitaban dejar entrar a esa persona para que consiguiera más pruebas, lo harían. Solo debían ser sumamente cuidadosos ya que no sabían si estarían custodiando de manera más rigurosa desde la última infiltración.

—Solo deben ayudarlo a que pueda infiltrarse sin problemas, conseguir lo que necesita y solo eso bastará —suspiró—. Yo me encargaré del resto, debo hablar con su jefe cuando se ponga en contacto conmigo. Cuando consiga cerrar la fábrica, las cosas irán bien —relataba sin demasiada energía, masajeando su frente y suspirando a cada segundo—. Por ahora es solo esperar y que salga bien la ayuda de ustedes, mañana en la noche podrían hacerlo ¿pueden?

Bohemia vida de un inusual hechicero. - [ Victuuri ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora