"Cuenta la historia, o eso relatan algunos libros de mi estantería, que hubo un tiempo en el que hombre y mujer funcionaban como unión para producir nueva vida y únicamente la mujer era quien podía ser fecundada. Esta historia es parte de la anterior civilización casi extinta cuyo 5% de sobrevivientes se vieron inmersos en una mutación de lo que posterior se nombró "mundo omegaverse". Seguramente en el instante en que se empezaron a ver los profundos cambios de la naturaleza habrá sido un total y gran caos... Que algunos hombres comenzaran a desarrollar un "celo" y poseer "útero" ¿qué clase de juego macabro hizo la selección natural?
Era inevitable, supongo, no hay una ciencia cierta para esto; solo ocurrió y han transcurrido miles de años de adaptación. Nuevos pueblos o ciudades amuralladas nacieron, unos con reglas más estrictas que otras. Protección por ley en omegas, ciudades dónde solo se aceptan betas, otras son mixtas... En opinión personal, omegas o alfas no se diferencian de simples bestias, un gato o un perro. Puedo sonar frío pero eso de no controlar impulsos sexuales, comportarse salvajemente ante el aroma de un celo, "marcarse" cual propiedad, todo me suena aberrante.
He hablado lo bastante de esta naturaleza pero no he hablado de aquella carente de voluntad, plantas, rocas... ¿qué poseen de especiales? Para mi beneficio aquello de lo que trabajo. Solo un amante del peligro experimenta con elementos muchos catalogados como venenosos o con efectos adversos; quien conoce cómo manipularlos se puede volver lo que antes en la fantasía llamaban "hechiceros". Yo me convertí en uno para prácticamente burlarme de la naturaleza, apropiarme de ella y jugar con otras reglas; sin embargo, mi deseo más profundo siempre fue querer protegerla a ella, mi hermana Mari, mi difunta y cariñosa hermana.
Hasta lo que me reste de vida me odiaré por el hecho de no haberte podido dar un mundo seguro, pero te prometí que protegeré esa pequeña vida que dejaste en mis manos.
No he dicho mi nombre, soy Yuuri Katsuki y mi pequeña sobrina es Shiori. Vivimos en una humilde y desordenada cabaña pero por lo general viajamos de forma recurrente. Con constancia me aseguro de escribir algunos diarios para documentar mi vida, mi realidad, nunca sé cuándo la naturaleza se podría vengar de haber roto constantemente sus reglas y por ello me gusta plasmar mis pensamientos y sucesos... O tal vez solo es una costumbre mía.
¡Oh! Se deben estar preguntando que soy yo, ¿alfa, beta, omega? ¿No lo he dicho? He roto muchas reglas... Puedo ser un simple beta un día y luego despedir el aroma de un alfa o un omega, es según qué elixir sea el que beba y según en qué momento me es adecuado utilizarlo."
La pequeña niña de cabello oscuro ondulado y ojos café ingresó despacio a una habitación cubierta de libros, unos en estanterías y otros arrojados por el suelo sin ningún orden. Se acercó lo suficiente hasta los pies de un joven, que se encontraba reposado sobre el suelo de madera en vista a la luz lunar proyectada por una circular ventana, y allí se detuvo interceptando esa perdida mirada a un libro con su oso de peluche.
—Tío, dijiste que me leerías un cuento.
La atención del joven se dirigió automáticamente a la inocente niña que exigía de su tiempo exagerando su rostro con muecas divertidas.
—Shiori...—cerró su libro entre bostezo y se colocó de pie acomodándose sus lentes—. Lo siento, lo había olvidado —sonrió con torpeza—. Solo no me pidas otro de brujos o hechiceros —suspiró encaminando a su sobrina— ¿No tienes suficiente conmigo?
Se rieron a la par hasta abandonar la biblioteca.
...
A varios kilómetros, cristalinos y azules ojos reflejaban la gran esfera blanca en el cielo; el aullido de un lobo resonó en medio de los árboles que rodeaban una extensa ciudad amurallada. La prohibición de abandonar la zona de seguridad no derivaba a algún castigo, pero por el propio bien de las personas en evitar ser víctima de algún animal salvaje lo recomendable era resguardarse hasta la luz del día. Sin embargo, para él no era la primera vez que escapaba en la oscuridad y en enfrentar animales salvajes no resultaba de un problema en su extrema experiencia con ellos; de todas maneras su compañero lo defendería en caso de que fuese preciso hacerlo.
—Makka...— susurró extendiendo su mano.
Entre crujidos de plantas y aves que volaron despavoridas por la interrupción de su sueño, la gran figura de un lobo, de alrededor de tres metros de longitud, surgió abandonando su escondite. Se acercó hasta aquella mano en la que reposó su cabeza con increíble suavidad. El rostro del joven se arrimó y descansó su frente sobre el bello cánido mientras pequeños mechones platinados se mecieron por una suave brisa.
—Hora de irnos. —Pronunció a la vez que recordó aquella carta escrita minutos atrás comunicando a su familia su prolongada partida. Dudaba si algún día posiblemente regresaría.
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Bohemia vida de un inusual hechicero. - [ Victuuri ]
Fanfiction[AU Omegaverse] Una nueva Era produjo cambios de todo tipo en el mundo: naturales, sociales o políticos. La metamorfosis biológica de los humanos los encasilló en tres categorías: Alfa, beta u omega; muchos consiguieron adaptarse pero otros, inusu...