Capítulo 61

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Rompiendo una importante regla.

En Ágape, luego de un largo día de entrenamiento, Yurio descansaba en su cama con el pequeño lince acurrucado a su lado, al parecer el felino se terminó adaptando rápidamente al nuevo ambiente al igual que a esas personas a su alrededor pese a que...

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En Ágape, luego de un largo día de entrenamiento, Yurio descansaba en su cama con el pequeño lince acurrucado a su lado, al parecer el felino se terminó adaptando rápidamente al nuevo ambiente al igual que a esas personas a su alrededor pese a que aún era cachorro y energético; el rubio tampoco quería que se terminara acostumbrando a estar adentro de cuatro paredes por eso se aseguraba que pasara la mayor parte del tiempo afuera, entre los árboles. Tenía pensado llevárselo con él el día que abandonara la ciudad por eso era importante que supiera cuidarse, tampoco asumía que ese animal lo siguiera toda su vida, no siempre los animales salvajes decidían quedarse con las personas que lo cuidaron, si se alejaba en la naturaleza era algo que aceptaría. Yurio no era tonto a pesar que a veces no quisiera escuchar a otros, Victor no se equivocaba en que al crecer tal animal podría resultar ser peligroso. Pero por el momento se aseguraría de darle su hogar y que sea su Potya, lo que ocurra en el futuro era incierto.

Otabek lo terminó acompañando esa noche, cuando tenían tiempo de pasarlo juntos no desperdiciaban tiempo en hablar de muchos temas y compartir intereses. Se quedó observando al muchacho y al lince dormido por un rato. En ese momento su móvil recibió una llamada de un código que le resultó familiar, no dudó en responder rápidamente el llamado.

—Tú eres... —susurró.

—Respondiste rápido —rió la persona del otro lado.

Otabek miró a Yurio sin querer despertarlo.

—Dame un segundo —le indicó a esa persona para darse unos segundos de salir deprisa de la habitación y en el pasillo mirar de un lado a otro esperando que nadie anduviera circulando por esa parte de la mansión—, ya podemos hablar.

—¿Qué fue eso? ¿Acaso no querías despertar a alguien? —preguntó en tono sospechoso—, ¿no me digas que ya te comiste a ese gatito príncipe?, supongo que tarde o temprano pasaría.

—¡Claro que no! —se alarmó pero mantuvo la voz baja—, no saques esas conclusiones. Lo importante aquí es cómo te atreves a ponerte en contacto conmigo. Bloqueaste la forma de contactarte cuando te llevaste los anillos, ¿no tienes vergüenza, Chris? Me traicionas cuando fui yo quien te ofreció ese móvil y muchas cosas más, ¿qué tienes que decir al respecto?

—Aah, ya, sí que eres rencoroso —dijo restándole importancia. Él y su acompañante habían logrado abandonar la ciudad de los metales y estaban en pleno trayecto por la ruta—. ¿Acaso me siguen buscando?

—Obvio, ya no te va a servir volver a entrar a esta ciudad, la seguridad está mucho más exigente. En todo caso, ¿llamaste para devolvérmelos? Sino no me interesa el porqué me llamas —dijo con seriedad.

—Creo que sí te interesará —sonrió—. Supongo que dentro de poco recibirás una visita de un tal Seung-Gil Lee, ¿lo conoces?

Otabek guardó silencio por un segundo, siendo parte de la realeza de Ágape era normal conocer gran variedad de nombres de otros organismos y entre ellos estaban esa clase de investigadores, claro que conocería a Seung pese a nunca haber intercambiado palabras con él.

Bohemia vida de un inusual hechicero. - [ Victuuri ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora