Capítulo 44

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Dos pervertidos.

Ambos continuaron besándose por un tiempo, con movimientos suaves y lentos de sus labios

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Ambos continuaron besándose por un tiempo, con movimientos suaves y lentos de sus labios. Esto no era algo del cual Yuuri aún se acostumbrara, pero se permitía relajar su cuerpo y conseguir mantener el mismo ritmo que la otra persona conducía; cada sensación calentaba sus pieles como si la brisa fresca de la noche no tuviera efecto en ellos. Pese a que la situación haya escalado de esta forma y los dos estuviesen profundizando cada vez más en sus bocas y ejercieran fricción entre sí, esto no era el plan en un principio y Yuuri no estaba del todo preparado para hacer algo indecente en el medio del bosque. Por un momento su mente se dispersó de tal manera que se dejó llevar perdiendo la noción del tiempo.

Victor comenzó a introducir su mano por debajo de la camiseta de Yuuri, consiguiendo acariciar el costado de sus costillas. No había queja alguna, el hechicero se encontraba demasiado concentrado en el intenso beso del que podría volverse fácilmente adicto a ellos. Obviamente, no es que alguno quisiera detenerse pero una situación así no podía librarse de manera sencilla. Mientras que Victor continuaba acariciando su torso y consiguiendo elevar la prenda a la altura del pecho, Yuuri sintió que algo se estaba olvidando.

Cuando se percató que sus partes inferiores estaban reaccionando, fue el momento en que el usual inconveniente que se estaba olvidando salió a flote como debía ocurrir. A pesar de haberse excitado de tal manera y su cuerpo le indicara que continuara avanzando, el hechicero comenzó a sentir que algo se revolvía en su estómago y automáticamente alejó a Victor de un intenso empujón. Esto provocó que el otro retrocediera y quedara totalmente confundido de lo que ocurría, creyó al instante que pudo haber hecho algo que lo incomodara.

—¿Eh? ¿Yuuri, está todo bien? —preguntó nervioso, observando con preocupación a Yuuri del cuál éste se cubría su boca con su mano—, ¡¿Hice algo mal, te molestó algo?!

Yuuri no respondió, se levantó sin decir una palabra y con una mirada difusa.

—No es eso... —balbuceó sin apartar la mano sobre su boca y agachando su cabeza—. Olvidé tomarlo.

—¿Olvidaste tomarlo?

—El elíxir —terminó de responder con sus latentes náuseas y sabiendo que no le quedaban muchos minutos para que el incómodo calor llegara y nuevamente tuviera que sufrir lo que su real naturaleza indicaba. Pero en esta ocasión, él no quería eso. No quería pronunciar ni una palabra más porque empezaba a sentirse cada vez peor, si volvía ahora a la casa seguro llegaría a tiempo. Por otro lado, sentía cierta culpa de haber olvidado algo tan importante, inusual en él, y haber arruinado este momento con Victor. Su mente progresivamente se confundía pero quería explicarse, quería que Victor supiera que debía beber el elíxir y no quería tener que convencerlo de ello, no quería que nuevamente las cosas se desarrollaran con su celo como ocurrió en aquella habitación de Ágape...

Sin embargo, no fue necesario que Yuuri explicara algo. Con solo su mirada y sabiendo que esto no era una situación donde no tuviera otra elección que solo dejarse llevar por el celo, Victor comprendió rápidamente lo que debía hacer. Apartó esos pensamientos ansiosos de ese momento íntimo que tenían, y sin dudarlo buscó la mochila del hechicero y se la dio. Luego, tomó a Yuuri entre sus brazos y lo cargó para correr en dirección a la casa.

Bohemia vida de un inusual hechicero. - [ Victuuri ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora