Capítulo 43

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Rincón secreto.

A medida que ambos cuerpos flotaban en el cristalino agua y Yuuri se relajaba recostado sobre la espalda de Victor mientras éste se encargaba de conducirlo con suma tranquilidad, la charla continuó con más detalles en relación al cuerpo del hechicero

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A medida que ambos cuerpos flotaban en el cristalino agua y Yuuri se relajaba recostado sobre la espalda de Victor mientras éste se encargaba de conducirlo con suma tranquilidad, la charla continuó con más detalles en relación al cuerpo del hechicero. Sus operaciones, sus momentos de riesgo, el día en que acudió a Minako sin un brazo que si no murió desangrado fue por su instantánea acción de interrumpir el sangrado con torniquetes, y del otro brazo cargaba a la niña que no dejaría sola ante esa complicación.

—Entonces, ella te ayudó a reconstruir tu brazo. Pero si la causa de esa tragedia fue por esa piedra tan tóxica, ¿por qué la volviste a usar? —Victor continuaba el hilo de la charla, curioso.

—Porque la vine estudiando por muchos años, te mencioné una vez que mi brazo poseía conexiones. Sola es tóxica, pero aislada permite una conexión neuronal increíble, es como si reemplazara huesos, músculos o tendones sin problema alguno, algo así como ¿un camaleón? Ya sabes, camuflándose en el ambiente, esto es algo similar. Creo que la causa del porqué al tocarla produce que el objeto en cuestión se deteriore, podría ser porque al tener tanto poder cognitivo algo con una conexión más débil lo conduce el proceso contrario, descomponer y dividir cada átomo, al reducir su particularidad funciona como un imán...

—Creo que ya me estoy perdiendo un poco...

El hechicero suspiró.

—No te preocupes, solo tienes que entender que lo usé para probar si funcionaba o no en un cuerpo. Y lo hizo, la movilidad de mi brazo es perfecta, como si no pareciera que en su mayoría tiene esa roca. Lo que resultaría peligroso para mi entorno es llegar a lastimar mi piel, dejar en revelación la roca aislada y luego romper ese aislamiento, con solo permitir un centímetro de la misma sin protección alguna bastaría con que al tocar otra cosa sufriera lo que expliqué antes. Supongo que utilizar eso como un arma sería terrible.

Victor se detuvo, tocando con sus pies la superficie de tierra bajo el agua, cuya altura cubrían sus hombros, y se giró a mirar al hechicero, este había apartado sus manos de él, sin comprender el incómodo silencio que cargaba el platinado y la mirada perturbada que ahora exponía.

—Entonces, si nada resultaba bien en Ágape, ¿tú habrías utilizado eso? ¿Aunque eso significara que muchas personas murieran? ¿No pensaste que tanto Shiori como yo también pudimos haber peligrado con eso? ¿Personas que no tenían motivo alguno para correr esa desgracia?

Aquellas palabras paralizaron al pelinegro, ¿por qué Victor lo miraba de esa forma? ¿Acaso ahora lo despreciaría por aquello? Pese a haber advertido el tipo de persona que era ¿ahora le molestaba?

—Lo dije, aunque nunca me ocurriría ponerte en peligro a ti o a Shiori, si no podíamos salir de allí, ¿qué otra cosa podía hacer? Yo priorizaría mi bienestar y mi libertad, si injustamente nos encerraban y nos culpaban de algo que no hicimos ¿eso me convertiría en el malo de la historia si escojo algo tan extremo? —dijo apático.

Bohemia vida de un inusual hechicero. - [ Victuuri ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora