Capítulo 59

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Insensatos.

En aquellos días, Michelle y Emil discutieron en privado acerca del suceso de su antigua ciudad pero su mayor preocupación derivaba en que si eso repercutiría en todos ellos si llegaban a considerar que un crimen de este estilo sería castigado, pe...

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En aquellos días, Michelle y Emil discutieron en privado acerca del suceso de su antigua ciudad pero su mayor preocupación derivaba en que si eso repercutiría en todos ellos si llegaban a considerar que un crimen de este estilo sería castigado, pese a que ellos desconocían lo que el hechicero había hecho para escapar de allí, si investigaban, si por alguna razón descubrían la relación que mantenían, ¿eso no los perjudicaría? La cuestión no era que estaban en contra de Yuuri, si debían defenderlo lo harían, pero temían por su seguridad con respecto a quiénes lo buscarían si es que lo estaban haciendo. ¿Qué garantizaba que en esta ciudad estarían a salvo? ¿y si perjudicaban a las personas que ahora también los ayudaban? Esa inseguridad no querían traspasarla a Sara que debía recuperarse con el menor estrés posible, pero era inevitable no pensar en que quizás sería necesario continuar viajando, moverse de un lado a otro y hacer lo posible para esconderse, ¿pero cómo? Si ingresar a otras ciudades requería de identificación y en Hasetsu estaban de forma ilegal, ¿vagar en las afueras los beneficiaba en algo? Debían pensar seriamente en todo esto... No podían aprovecharse de la amabilidad de estas personas.

Sara debía tomar reposo, luego de las operaciones se encontraba débil y necesitaba atención constante, una de las enfermeras del lugar se encargaba de atenderla si Minako o Minami estaban ocupados. Michele y Emil podían ir a verla un rato durante el día pero lo importante es que por el momento se logró quitar lo que se tenía que quitar y el cuerpo de la chica se mantenía estable, desintoxicándose en el proceso, sus órganos ya no tenían daño que significara peligro. Pero claro, todavía se debía vigilar su estado.

Esa tarde Michelle y Emil visitaban a Sara a medida que ella, despierta, trataba de escuchar más que hablar, los analgésicos la ayudaban a no estar tan adolorida pero poco podía moverse sin ayuda. Minako al ingresar con la planilla se dirigió a los muchachos.

—Chicos, necesito que ahora me dejen a solas con ella. Espérenme afuera hasta que termine de cambiar sus vendas —indicó.

—Claro —Michelle soltó la mano de su hermana—. Volveremos después —le dijo a ella antes de abandonar el cuarto.

Minako prosiguió a los cuidados, revisar su estado, signos, cambiar el vendaje y mientras lo hacía, Sara mantenía la consciencia.

—Le pagaremos sin falta algún día, lo que sea que pida... por ayudarnos —susurró la paciente a la médica.

Minako detuvo por un segundo la limpieza que hacía de la herida post-operación y creyó que había quedado en claro antes que de eso no debían preocuparse.

—No te preocupes, mientras sanes no es algo que debería importar ahora. No es que espere algo a cambio, aunque aún así siempre los pacientes que he tenido aquí han regresado ya sea para darme algún regalo o un medio de pago. Entendemos que hay personas que requieren atención médica y no tienen forma de costearlo en el momento. Nosotros no les colocamos una obligación a futuro, una deuda, nos basta con que estén bien.

Bohemia vida de un inusual hechicero. - [ Victuuri ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora