Mas de 27,4 millones de seguidores en instagram... Que iluso fue Shawn al pensar que un like pasaría como si nada ante la atenta mirada de sus fans.
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Mi despertador sonó, haciéndome saber que tenia que abrir mis ojos y enfrentar la realidad que había querido dejar a penas de dormi. Le estaba dando demasiadas vueltas al asunto de mi madre, mi cabeza no podía dejar de recordarme que mi mamá había soportado mucho mi presencia en su vida y que simplemente se canso de estar dando todo por mi. Claro que esa solo era un hipótesis que mi mente hacia creado en contra mía.
Me saque las sabanas de encima mio y me levanté de la cama sin despertar a Shawn, aunque tendría que hacerlo si quisiera que el me llevara a la universidad. Algo que me estaba replanteando, Shawn estaba teniendo unas horas de sueño bien merecidas y podía dejarlo descansar hasta que el se despierte, yo no iba a salir de la universidad hasta el mediodía y sabía que el se iba a levantar en algún momento.
Camine hacia el baño con cuidado y prendí la ducha, tenía que despertarme y tratar de distraerme para poder prestar atencion en clases. Los exámenes finales ya estaban terminando y si quería tener una buena carta de recomendación por parte de mis profesores tenia que esforzarme al maximo.
Quince minutos bastaron para poder relajarme y sentirme como una persona nueva. Salí de la ducha y empecé a secarme, por suerte tenia toda mi ropa en el baño.
Una vez lista, abrí la puerta y fui a la cocina a prepararme el desayuno. Mire el reloj que adornaba la sala y me sentí tranquila al ver que todavia tenia tiempo. Prendí la cafetera y fui hacia el dormitorio a buscar mis pertenencias, Shawn iba a dormir hasta la hora que quisiera. Encontré mi mochila y con un poco de esfuerzo para no despertarlo, la agarre, tambien meti dos libros que necesitaba. Salí del dormitorio para dejar mi mochila en el sillón y volví para buscar dos camperas y una bufanda. El gorrito que me había dejado Shawn estaba también en el sillón, asique una vez teniendo todo, cerré la puerta.
El café ya estaba listo, lo inverti en mi taza y empecé a tomar mi desayuno. Por las mañanas, muy mañanas, no podía consumir alimentos sólidos, me hacia mal. Habían pasado catorce años para que yo entendiera que no tenía que comer en la mañana para dejar de vomitar en el baño del colegio y que los profesores pensaran que tenía problemas alimenticios.
Termine de desayunar y deje la taza en el lavaplatos. Fui hasta el sillón y me puse la campera y luego la campera que era la más abrigada, para ser las siete de la mañana, los -6 grados que estaban haciendo no se hacían ocultar. Coloque la bufanda alrededor de mi cuello y la acomode, mi celular ya estaba en uno de los bolsillos de mi campera, busque las llaves y me coloqué la mochila en los hombros. Puse la alarma y salí de casa.
[...]
La clase de economía y la última de mi dia, estaba siendo lo más aburrida posible. El señor Johnson trataba de que al menos tres alumnos le prestaran atención, y aunque sabía que tenía que informarle sobre mi carta de recomendación para Harvard, eso no me impedia que ahora este insultando lo miserable que estaba siendo en estas dos horas. Me preguntaba para qué necesitaría economía en mi carrera y por un momento me plantee en que estaba siguiendo la carrera equivocada.
