❝Kelsey❞ S.M

0.99 II

El viaje fue largo, si bien era uno corto, se sintió como si estuviésemos volando al otro lado del mundo.

Tal vez eran mis pensamientos los que no me dejaron dormir. Por otro lado, Kelsey si pudo dormir, algo que agradecía, ya que no quería que este cansada, no cuando teníamos mucho por hacer.

El clima en Boston era frío, aunque no tanto como en Canadá.

Recogimos nuestras pertenencias en silencio ya que aún era de madrugada, apenas eran las cinco y media.

— Baby — Mencione y mi chica se dio la vuelta — es por aquí — me reí al ver como nos estábamos dirigiendo a otro lado que no era la salida.

Me sonrió y retomó el camino correcto.

Salimos del aeropuerto y el viento chocó en nuestras caras. Lucas iba a  llegar dentro de unos cinco minutos por lo que solo esperamos en el silencio

— ¿Dormiste bien? — Kels mencionó y yo negué

— No pude dormir, asique dormiré un rato en lo de tu hermano apenas lleguemos — Ella asintió y se acercó más a mi. Bese su cabeza y a lo lejos observe como Lucas venía llegando.

Se acercó hacia nosotros hasta parar el auto y con una sonrisa abrió la puerta

— Me imagino que volverán a dormir ¿verdad? — Ambos asentimos y mi cuñado me ayudó a guardar las valijas en el baúl.

Con las cosas ya guardadas, nos metimos dentro y empezamos el camino hacia la nueva casa.

— ¿Ya empezaste a trabajar? — Kels fue la primera en hablar y Lucas asintió

— Si, así que se quedarán con los chicos. Yo los dejo y me voy ya que es un poco lejos de donde trabajo. — Ambos asentimos — Les gustará la casa, es grande. Los chicos están contentos y la verdad es que yo también. Era hora de cambiar un poco el aire. — Por el espejo vi como mi novia sonreía

— Eso es bueno, más si se sienten cómodos. — Lucas asintió para seguir con el silencio el resto del viaje.

Media hora había pasado hasta que llegamos a la casa.

Los tres bajamos del auto y sacamos las valijas de Kelsey

— Ten — su hermano le dio unas llaves a Kels — esas son tuyas. No te preocupes, tengo las mías, pueden dormir o desayunar tranquilos. Volveré como a las dos — nos sonrió a ambos y volvió a meterse en el auto, lo encendió y empezó a manejar.

— Nunca lo vi tan alegre — mi chica se río y yo me reí con ella.
Ambos empezamos a caminar hasta la casa, y si, Lucas tenía razón. Era una gran casa de dos pisos.

En silencio, Kels abrio la puerta y entramos las cosas. La casa estaba en silencio, confirmandonos que los chicos seguían durmiendo.

Cerramos la puerta y dejamos las valijas en un costado, luego Kels tendría tiempo para acomodar todo.

— Descubramos la casa — Si bien yo quería dormir, su sonrisa hizo que no pueda decir que no. Asenti y tomé su mano.

Lo primero que vimos fue un gran pasillo que seguía para las escaleras y era donde estaba el living y el comedor, sin embargo, podías doblar a la derecha donde estaba la cocina.

En el living había una puerta corrediza que daba al patio del fondo. Seguimos nuestro camino y empezamos a subir las escaleras, la primera puerta que vimos tenía el hombre de Lucas, la segunda era la de Felipe y Lorenzo y luego estaba la de Kelsey, sin contar la de invitados.

Entramos al dormitorio de Kelsey y mi boca se abrió

— Vaya — fue lo único que mi chica pudo mencionar.