9. Suposiciones

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Martes por la mañana, apenas el segundo día de la semana y ya muero de sueño y me ahogo en tarea. 

     Yunah no se veía mejor que yo. Sus ojos se le cerraban en clase y por poco se queda dormida en la primera hora que tuvimos de literatura, eso o estaba tan ida que parecía perdida en su propio mundo. Seguro se debió desvelar por la tarea, como yo, o simplemente tenía problemas para dormir. 

     Con suerte aguantamos hasta la hora del receso, y digo aguantamos porque realmente parecíamos dos zombies andantes. Normalmente yo siempre la hacía de "el platicador" en nuestro dúo por lo que el tema nunca faltaba —incluso si ella no agregaba nada sustancioso a la plática y solo me otorgaba comentarios vagos—, pero esta vez yo tenía el estómago vacío porque en la mañana se me hizo tarde y no alcancé a agarrar ni siquiera un poco de fruta al salir de mi casa. Y sabía perfectamente que yo no funcionaba sin alimento (sencillamente no era Hobi), así que cuando tocó la campana casi arrastré a Yunah hasta la cafetería. 

     —Corre, que si no encontraremos una fila muy larga —exclamé mientras tiraba del brazo de la pequeña chica que había robado mi corazón. Por alguna razón se estaba resistiendo más de lo normal, pero mi terquedad y mis ganas de llevarla a todos lados conmigo ganaron la inminente batalla. 

     —Da igual, siempre hay muchísima gente —respondió aburrida. 

     Y no estaba equivocada, por más que esquivamos a todos los estudiantes saliendo con el mismo propósito que nosotros de nuestro camino, al llegar el lugar estaba tan atestado como siempre. La dichosa fila ya había llegado al pasillo y no se veía que avanzara muy rápido. Podríamos haber esperado en una de las mesas cercanas hasta que disminuyera el largo de la fila como muchas otras veces, pero mi hambre era más urgente, por lo que, en cuanto vi a mi prima Bomi formada cerca del inicio y a punto de ordenar lo que fuera que quería almorzar, me abalancé sobre ella jalando a Yunah —de nuevo— conmigo.

     —¿Pero qué demonios...? —comenzó a decir Yunah. 

     —Tú sígueme la corriente —respondí en tono de camaradas, guiñando mi ojo izquierdo al final. 

     En menos de diez segundos llegamos a donde estaba Bomi y ella, al verme, sonrió ampliamente y saltó a abrazarme. Definitivamente todos en mi familia éramos bastante efusivos. 

     —¡Hola, Hobi! —chilló emocionada—. Cuánto tiempo sin vernos. ¿Por qué no me habías buscado? En cuanto mi tía me dijo que repetirías el año pensé que me buscarías y que pasarías más tiempo conmigo.

     Su cara se deformó en una mueca triste y, al ver que sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas, entré en pánico.

     —¡Bomi-ah! No llores, te juro que de ahora en adelante te buscaré para que pasemos más tiempo juntos —le aseguré volviendo a abrazarla—. Solo no llores, por favor. Si se entera mi tía Hana me matará. 

     Lentamente me alejé de ella y la miré atentamente para asegurarme de que ya estaba todo bajo control. Solo hasta ese momento me acordé de que Yunah estaba a mi lado y de que posiblemente estaba presenciando una escena bastante vergonzosa, además de que todavía no me había dignado a presentarlas.

     —Bomi, esta es Yunah, una amiga de mi clase. Y Yunah, esta es Bomi, mi prima de segundo grado —dije e hice ademanes con mis manos hacía cada una.

     —Mucho gusto, Bomi-ssi —respondió Yunah e hizo una ligera reverencia. 

     —Con que tú eres Yunah —dijo Bomi con una sonrisa ladina. Le lancé una mirada feroz desde detrás de la aludida, esperando que no dijera ninguna tontería—. Hobi me ha contado algunas cosas sobre ti.

Dysmorphic Charm [jjk] [jhs]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora