Un parpadeo y aparecía, dos parpadeos y se iba. No importaba cuán rápido corriera, ella se escabullía entre los pasillos sin que yo la pudiera alcanzar.
—¿Yunah? —grité al dar vuelta en la misma esquina que ella, mas no la vi por ninguna parte. Mi respiración pesada hacía a mi garganta arder.
Volví a gritar su nombre, sin embargo, no hubo respuesta.
Una risa a lo lejos me hizo voltear el rostro y captar con la mirada un movimiento, el que justo advertí cerca del gimnasio. Corrí hacia allá antes de que pudiera perder de vista su cabello oscuro tras la puerta. El plantel de la preparatoria jamás me había parecido tan enorme.
Cuando por fin llegué a la entrada, seguía sin tener una pista de a dónde demonios se había ido la chica, pero el sonido de pisadas en la otra sala —la que le precedía a la alberca donde entrenaba, la cancha de basketball— terminó delatándola. Sin necesidad de pensarlo más de una vez, me dirigí en esa dirección.
De un momento a otro, aparecí frente a la piscina que era iluminada por la tenue luz de la tarde, una que no era ni dorada ni cálida, más bien luminosa y gris, pero la misma que hacía resplandecer el agua como si se tratara de un líquido mágico o una poción engañosa.
—Yunah... —susurré sin aliento cuando la vi en la esquina contraria de la alberca, con los pies sumergidos en el agua etérea y una sonrisa extraña dibujada en la cara.
"¿En qué momento se quitó los zapatos?", pensé iluso, recordando haber oído apenas sus ruidosas pisadas.
—¿Eres tú, Jungkook? —habló, cambiando su expresión a una completamente inocente y afligida, como si hubiera fingido la sonrisa que acababa de regalarme o como si se hubiese acordado que tenía que apegarse a un papel—. No puedo creer que realmente seas tú.
Luego de ello, y con toda la faceta de sonrisa macabra esfumada, sacó los pies pálidos del agua y se puso de pie, mojando el piso a su alrededor. Su miraba aún denotaba una sorpresa casi genuina.
—Eh..., sí —respondí confundido, frunciendo el ceño y manteniendo mi vista en la suya, contrariado—. ¿Por qué huías antes?
Yunah no me contestó, en cambio, comenzó a caminar hacia mí rodeando la alberca por el lado derecho, amenazándome inconscientemente con cada paso que daba y generándome una sensación de agitación en el pecho.
—¿Es que no lo sabes? —preguntó ella, por fin respondiendo a mi duda de forma tardía cuando estuvo a menos de cinco metros de mí.
—Y-yo... —comencé a decir, tratando de hacer memoria y al mismo tiempo caminando hacia ella lentamente, como si yo fuera un metal y ella un imán sumamente atrayente, cuando en la realidad quería retroceder.
Al momento en que estuve a un brazo de tocarla —el mismo que extendió una mano sin mi permiso para alcanzar su mejilla—, la chica —de improvisto en su caminar— tropezó con sus pies húmedos y me dirigió una mirada horrorizada antes de gritar y caer al agua.
—¡Yunah! —grité asustado y no dudé en seguirla para rescatarla de aquella inquietante agua. En ese momento no pude recordar si Yunah sabía nadar o tenía alguna idea de cómo hacerlo.
El déjà vu más grande de mi vida pasó ante mis ojos, pues me remonté al día en que, después del entrenamiento y antes de acompañar a mi chica a su primera cita con el psicólogo, había caído —de manera muy semejante— a la alberca por una taquicardia y el profesor Soobin había entrado a rescatarme antes de que me ahogara en el fondo. No obstante, esta vez parecía ser diferente, porque aunque llegué hasta lo más profundo y abrí con dificultad los ojos, no había rastro de nadie a la vista. Yunah se había esfumado nuevamente.
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Dysmorphic Charm [jjk] [jhs]
Fanfiction❝La comida simbolizaba para mí lo que una manzana del Edén, atracción, seducción, pero siempre tenía el mismo final: la condena.❞ ➥Novel.