28. Esperanzas cegadoras

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galleto🖤
Me hubiera gustado decirte esto cuando te vi hoy en la mañana, pero soy demasiado cobarde para pedírtelo de frente, así que...
¿Te gustaría salir conmigo mañana? No como las otras veces, sino algo oficial. Espero que sepas a qué me refiero.
Nos vemos terminando las clases en la esquina paralela a la escuela y tú escoges el destino.
Claro, si aceptas...

En unas cuantas palabras, Jungkook me había alegrado la noche, la semana, el mes, y la vida entera. Podía jurar que sentí sus dedos temblorosos teclear aquello desde mi interior.

     Habían pasado ya unas dos semanas desde que nos habíamos puesto de acuerdo para alargar nuestros encuentros —más que solo nuestro típico viaje matutino desde el gimnasio a la escuela— y pasar un rato ameno el uno con el otro, sin embargo jamás habíamos intentado ponerle etiquetas ni nombres a nuestras salidas, y ésta definitivamente gritaba "cita". La emoción que me llenó el pecho y el cuerpo era incontenible.

     —¡Sí, sí, sí! —grité a la soledad de mi habitación y me levanté de la cama, donde previamente había estado acostada, dando saltos como desquiciada y subiendo las manos al cielo en señal de victoria. Happy, mi Cavalier King Charles spaniel, me miró ciertamente consternada desde uno de los rincones de mi alfombra.

     No era muy común que tuviera ese tipo de arrebatos, menos a la mitad de una tarde tranquila, y me quedó perfectamente claro cuando un mareo intenso se apoderó de mí. Primero fue mi visión, claro está, y luego fue mi equilibrio, el cual me exigió buscar un sitio en dónde sostenerme.

     Mis brazos cayeron laxos a mis costados, su energía vaciándose como si fuera gas y hubiera una fuga enorme en mi cuerpo, y cuando por fin pude recuperar el control de ellos me aseé a lo primero que encontré: la esquina de mi escritorio. Con pesadez, movimientos tardíos y mi visión aún nublada —completamente negra—, me apoyé sobre la mesa y traté desesperadamente de enfocar cualquier cosa, moviendo mis pupilas en todas direcciones. Cuando la neblina de oscuridad desapareció de mi visión y la sangre regresó a mi cerebro —literalmente— fui consiente de mi alrededor y del calor que me proporcionó la sensación de recuperar mis sentidos. Era extraño y bochornoso, pero fue lo único que permitió que mi respiración se estabilizara y que mi corazón se asentase.

     Hacía mucho tiempo que estaba acostumbrada a ese tipo de mareos —desde que había empezado a rechazar definitivamente a la comida de mi vida—, pero nunca terminaba de controlar el efecto que tenían ciertas acciones que efectuaba de manera brusca, justo como había sido la idea de pararme a la velocidad de la luz de mi cama y levantar los brazos, y aquello me estresaba cada que sucedía. No obstante, y para mi pesar, me habían estado arremetiendo más frecuentemente los últimos días. Agradecía al cielo que hubiera estado sola y al lado de algún mueble para agarrarme y no caer.

     Después de unos segundos de despeje mental —y de respirar profundamente con la atenta mirada de mi mascota en mí, como si supiera que acababa de perder el control—, una sonrisa volvió a aparecer en mi rostro y la misma calidez que había sentido cuando leí los mensajes de Jungkook me embargó de nuevo. Nada que pudiera pasarme opacaría de alguna manera mi felicidad actual, nada ni nadie.

     Por un instante la imagen de mi ahora "mejor amigo" se paseó por mi mente, siendo seguro una trampa mandada por la parte oscura de mi cerebro, la que siempre me hacía sentir culpable por cualquier cosa. Esta misma quería hacerme sentir mal por ocultarle a Hoseok mis previas salidas con el chico de ojos bonitos y por la cantidad de veces que habíamos salido los tres últimamente, las cuales eran muy escasas en efecto, pero no podía ni quería sentirme mal por ello; en realidad no estaba haciendo nada malo, no estaba infligiendo ninguna regla. Tal vez había tardado más de lo normal y lo promedio en congeniar con Hobi y, en especial, en abrirme con él, pero no veía la necesidad de contarle todo lo que hacía, especialmente con quién pasaba mi tiempo, incluso si ese era la tercera rueda de nuestro triciclo actual. Esperaba con fervientes ansias que, si en algún punto Jungkook y yo llegábamos a tener algo, él se alegrara por nosotros y se uniera a nuestra felicidad para seguir siendo tan buenos amigos como lo éramos hasta entonces.

Dysmorphic Charm [jjk] [jhs]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora