Ruido, mucho ruido. La luz lastimaba la retina que hacía solo un momento se encontraba a salvo tras mis párpados. Todo brillaba y parecía como si acabara de salir de un sueño.
¿Dónde estaba? ¿Por qué tenía tantas náuseas?
Traté de incorporarme en la superficie fría sobre la que había estado reposando y enfoqué como pude lo que estaba frente a mí, o mejor dicho, la persona que estaba frente a mí.
—¡Jungkook! ¡Despierta, por favor! —Palabras suplicantes salían de esa boca desconocida y me desconcertaban aún más.
La imagen poco a poco volvió a la vida y la capa borrosa que antes la cubría, desapareció tan tenuemente que me costó asegurar que alguna vez estuvo allí. Ya había un rostro y un pedazo de cuerpo sobre mí, pero aún no podía analizar la imagen correctamente. Parecía ser una mujer.
—Ayuda, ¡alguien! —seguía clamando con palabras atropelladas. El tono de voz me sonaba conocido.
Espera, espera, espera... Esa era Yunah, a la que estuve esperando hasta hacía unos momentos. ¿Qué demonios había pasado?
Sus manos se encontraban sosteniéndome por los hombros y su aliento caliente me pegaba en la mejilla. Cuando por fin me di cuenta de mi estado, recapitulé que estábamos en el suelo y que ella estaba a un lado de mí tratando de reanimarme. De lo único de lo ella que no estaba al tanto era del control de mi cuerpo que poco a poco volvía a recuperar.
Mis ojos, que hasta ese entonces habían estado entrecerrados por la conmoción, se giraron en su dirección y la observaron. Ella estaba desesperada y parecía que también lloraba mientras pedía ayuda a un ente desconocido, o en su defecto a Eun-Ae.
—¿Eres un ángel? —articulé por fin muy cerca de su rostro, intentando llamar su atención y distraerla un poco de su preocupación—. Porque yo estaba esperando a uno, solo que se tardó demasiado en llegar...
Yunah volvió su mirada a mí por primera vez y el alivio fue claro en el brillo de sus ojos. Tomando más aire —en parte para oxigenar mi cerebro y recuperar sus funciones vitales, y para mitigar un poco las arcadas invisibles que subían por mi garganta—, seguí mi juego de palabras anterior:
—¿Es hora de que me lleves al paraíso? Porque si es contigo estaría encantado de morirme ahora mismo.
Por poco me río de las estupideces que estaban saliendo de mi boca en semejante situación, pero me contuve en mi papel para seguir intentando sacarle una sonrisa.
—¿Qué? —me miró confundida, pero su mirada pasó rápidamente del desconcierto al enojo—. No te atrevas a decir esas cosas.
Me golpeó el brazo que antes me había acariciado y seguidamente soltó dos lágrimas a la par de sus ojos. Los míos inmediatamente se abrieron de la impresión.
—Oye... —la llamé y, terminando de incorporarme, la tomé por las mejillas para mirarla directamente a los ojos—. Estoy bromeando, solo quería distraerte un poco.
—Pero... —hipó—, cuando llegué estabas en el suelo y no supe qué hacer... Tenía miedo de que te hubiera pasado algo peor y... yo... no sabía cuánto tiempo llevabas así, entonces...
Los sollozos se acrecentaron y le cerraron la garganta; aquello me partió el alma en miles de pedazos. No iba a permitir que siguiera en ese estado tan lamentable, por lo que me dije que tenía que actuar rápido.
—Ey, mírame —espeté buscando de nuevo sus ojos, pues ella se había retorcido bajo mis manos, suponía que era para evitar que la viera tan desesperada—. Estoy bien, ¿de acuerdo? Solo fue un pequeño desmayo, me pasa todo el tiempo. Además, solo fueron dos segundos, nada de qué preocuparse.
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Dysmorphic Charm [jjk] [jhs]
Fanfiction❝La comida simbolizaba para mí lo que una manzana del Edén, atracción, seducción, pero siempre tenía el mismo final: la condena.❞ ➥Novel.