—¿Qué pasó?
Jungkook y yo habíamos caído en un terrible silencio, uno que no era llenado ni siquiera por los sonidos de la calle, pues estábamos atascados a mitad del pasillo. Sentía su respiración aún agitada por la carrera y sus ojos sobre mí, esperando que le diera una respuesta, pero yo no me creía capaz de dársela, preferí desviar la vista hacia un costado y hacer más evidente el hecho de que estaba ocultándole algo.
Mi mente se puso a toda máquina para pensar en una buena excusa, algo que me sacara de debajo de su escrutinio y que fuera lo suficientemente creíble como para que no le diera importancia y pudiéramos irnos a nuestra cita. Si es que todavía él quería ir a una cita conmigo.
—¿Yunah? —volvió a insistir, ésta vez un paso más cerca. No sabía si su cercanía me ayudaba a relajarme o me mortificaba más al momento de evaluar posibles salidas de aquella situación.
"¡Ocupa a Yeji como excusa!", gritó mi voz interna, y no lo medité dos veces.
—Me quedé platicando con Yeji —empecé a decir—, tenía mucho tiempo que no nos poníamos al corriente, y quise enviarte un mensaje para avisarte, pero mi teléfono se quedó sin batería. —Le mostré el aparato en una mano, mientras la otra seguía fija en mi espalda junto con mi mochila.
Jungkook me observó detenidamente por un instante, digiriendo cada una de mis palabras, y de pronto reparó en un punto de mi cara, más específicamente en la herida que acababa de hacerme.
—¿Qué te pasó en la cara? —ignoró mi intento de explicación y acortó la distancia que había entre ambos. Llevó sus manos a los costados de mi rostro con cuidado, analizando mi pómulo en el proceso. Un ceño fruncido apareció en su bello rostro.
Me apresuré a mentirle de nuevo.
—Se me olvidó decirte que encontrarme con Yeji no fue algo muy sutil —me reí disimuladamente, en medio de un ataque de nervios—. Nos tropezamos en un cruce de pasillos, ella salía del baño mientras yo me dirigía a la salida. El choque hizo que ambas termináramos en el piso y tuvimos que ir a la enfermería para que nos pusieran pomada en nuestros raspones.
—Cielos —exclamó en un suspiro y por fin se distanció un poco, descartando el análisis a detalle de su lista—. ¿Pero estás bien ahora? ¿Necesitas que pasemos a comprar un desinflamante en alguna farmacia? ¿Te mandaron receta?
Una tras otra, sus preguntas me aturdieron un poco, pero me recompuse a tiempo para que no notara la mueca en mi cara, porque sí, necesitaba ir a una farmacia, pero no para comprar pastillas anti-dolor, sino para darle vitaminas a mi cuerpo. Y eso definitivamente no se lo planeaba decir.
—No te preocupes. —Hice un ademán con la mano para que no le diera importancia—. Ya casi no me duele, solo está un poco inflamado. —Y me señalé la mejilla con gracia, o al menos lo intenté.
Sin embargo, su siguiente pregunta me congeló en mi sitio:
—¿Entonces qué es ese papel que escondes tras tu espalda?
"¡¿Cómo demonios lo notó?!", me cuestioné, tratando de mantener una expresión neutra ante sus ojos inseguros y no entrar en pánico, pero mi sentido común se desvaneció demasiado deprisa y me hizo actuar de una manera completamente opuesta a la que yo hubiera deseado: arrugando con fuerza el papel en mi espalda baja.
—Es la recete de Yeji. A ella sí le mandaron un medicamento, pero me dijo que se lo tirara porque ese ya lo tenía en casa —volví a mentir con una sonrisa tensa y empecé a retroceder pocos pasos sin darme cuenta.
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Dysmorphic Charm [jjk] [jhs]
Fanfiction❝La comida simbolizaba para mí lo que una manzana del Edén, atracción, seducción, pero siempre tenía el mismo final: la condena.❞ ➥Novel.