32. Límites borrosos

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Una vuelta, otra vuelta. De un lado, del otro lado. Respirar lento y respirar rápido.

     ¿Cuál era la verdadera cura para el insomnio?

     Hacía días que no podía conciliar el sueño bien y que las ojeras en mis ojos eran cada vez más pronunciadas; lamentablemente, parecía que ninguno de mis remedios me ayudaba a la hora de tratar de dormir. Lo había intentado todo: hacer ejercicio antes de tocar la almohada, tomar bebidas calientes, contar cientos de ovejas, aspirar por la nariz y exhalar por la boca, pero nada parecía funcionar.

     "¿Qué hago?", pensé con pesar al mirar el reloj de mi teléfono marcando las 3:45 de la mañana.

     La última semana había estado plagada de evaluaciones y exámenes, poniendo a prueba a toda la población estudiantil del plantel, obligándonos a duplicar las horas de estudio y disminuir las recreativas y de descanso. Yo nunca había tenido problemas con la escuela, pues se me daba muy fácilmente todo lo relacionado con la disciplina, pero definitivamente a mi cuerpo le estaban cobrando factura.

     Con mi novia, Yunah, casi no había hablado tampoco, pues estaba sumamente ocupada con las tareas de su grupo, pero la última vez que compartimos una llamada telefónica me había dicho que Hoseok y ella estaban sobreviviendo la semana paso a pasito y que mi hyung había estado un poco distante con ella. No sabría decir por qué, pero aquello me daba más mala espina que el dolor que sentía crecer diariamente en todos mis músculos, dolor que, siendo honesto, era terrible. Nos habíamos mandado él y yo mensajes los últimos días, como siempre, pero algo había en su forma tan lenta de responder —nada común en el— que no me convencía del todo.

     Soltando un suspiro de frustración al aire, me revolví el cabello de la frente y me froté los ojos antes de incorporarme. Quizá si leía cualquier cosa de mi librero podría volver a dormirme de una buena vez.

     Con la mayor de las precauciones para no hacer ruido y despertar a todos en la casa, me desenvolví de mis sábanas con verdadero temblor en las extremidades y me acerqué a mi estante con los ojos medio abiertos, tomando el primer libro que se me atravesó. Para sorpresa mía resulto ser algo de Shakespeare —Sueño de una noche de verano—, pero antes de poder abrir la primera página me topé con una fotografía que creía perdida en la mudanza, una que nos contenía a mí y a mi madre sonriendo frente a la cámara.

     Esa foto había sido tomada hace años, cuando yo iba en la escuela primaria y me tocaba dar un espectáculo de danza, un número en el cual me hicieron vestirme de conejo y me pusieron dientes falsos. La botarga era terrible, mi cara gritaba a los cuatro vientos "sáquenme de aquí", pero la sonrisa de mi mamá era sumamente genuina e iluminaba mi presencia quejumbrosa a su lado. Sin darme cuenta, me encontré a mí mismo sonriendo con nostalgia frente a ese pedazo de papel fotográfico.

     Aquel recuerdo me hizo rememorar la plática que había tenido con Yunah hacía solo unos cuantos días. Cuando nos "confesamos" mutuamente jamás pensé escuchar de su boca algo relacionado con su familia, ya que era muy —sumamente— discreta respecto al tema, y su relato acerca del accidente con su madre me dejó impactado. No solamente ella tenía que sufrir con un trastorno alimenticio encima, sino que aparte se atormentaba por la culpa de una desgracia. Aunque, siendo sincero conmigo mismo, no podía imaginar a Yunah siendo una persona maliciosa o maligna, por lo que no le creí en cuanto se proclamó responsable del accidente. No entró en detalles sobre él, pero no hizo falta hacerlo para que descartara por completo su culpabilidad, ya que ¿quién demonios le desea la muerte a alguno de sus padres?

     "Hipócrita", me susurró una voz que sí era maliciosa en mi interior, pero a la que siempre ignoraba por su falta de argumentos validos al decir estupideces como aquella. Aunque odiara a mi padre de mil maneras y me repugnara su forma de manejar su propia vida, jamás lo querría ver muerto y mucho menos en pena perpetua —como podría ser un coma—, pues todo hombre merecía ser feliz... solo que él merecía ser feliz lejos de mi madre y de mí.

Dysmorphic Charm [jjk] [jhs]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora