私のそばに| jimin (MAZE II)

𖦧꒰⿻38꒱

5 flashes de cámaras dieron seguido haciéndo que reaccionará.
Aquel revoltijo en su estómago era el mismo de siempre. Le gustaba lo que hacía, le gustaba modelar.

Más no le gustaba aquella sensación de sentirse obligado a hacerlo, no lo disfrutaba, no había sonrisa en su rostro, más bien una expresión fingida.

Últimamente asistía al gimnasio más de lo que se recostaba en su cama, iba ahí, desgastaba su cuerpo hasta que el sentimiento de asfixia se fuera.
Quedaba tendido, apenas llegaba a su almohada terminaba dormido.
Había veces que al último ejercicio abdominal se tiraba en el piso, y ya no podía levantarse.

En un mes tuvo que subir 2 kilos más, luego tuvo que bajarlos, en una semana tuvo que bajar 5 kilos más, la nueva línea de ropa que presentaría era para modelos más delgados que él, insistieron tanto en que participará que ahí estaba otra vez cambiando su apariencia física para ellos.
Los tintes ya le hacían trizas el cabello, uno tras otro.
"El increíble Park Jimin que se ve bien con cualquier color",  era lo único que ellos decían.
Pero no decían lo duro que era ponerlos.

Llegó a aquella etapa en la que se aisló de todo.
De sus amigos.
De su madre.
De todo.

No se sentía el mismo, eso preocupaba.

No tenía energías para reprochar a su madre, la escuchaba reclamar, hablar sin embargo en la casa ya no se oía un "Mamá,  por favor" "No quiero hacerlo" limitaba a tres palabras "Bien, está bien".
Pedía todos los días para que aquella llamada, la que le devolvería la esperanza fuera realizada.
Más no pasó.
“Lo siento, nadie sabe dónde podría estar".

"Al parecer, no les agradaba".

" Se fue de Corea hace años, por lo que dicen".

Desconocía lo que ocurría con él, la razón por la cuál de un día para otro solo no soportaba ni verse a si mismo en el espejo.

Tal vez era porque la gente a su alrededor decía que no era el más atractivo de la empresa.

Tal vez porque la gente en redes decía que de todos era el peor, "falso e irritante" "siempre quiere llamar la atención",  cada que asistía a una entrevista, solo intentaba ser agradable.

Tal vez porque antes con sus grandes mejillas, lo comparaban con un cerdo, y hacían chistes sobre ello.

Tal vez porque no encontraba la manera de distraerse.

Tal vez porque la única persona que le tranquilizaria el alma parecía cada vez más inalcanzable.

Y a veces lloraba.

En la ducha abrazándose a si mismo, cansado de la gente que simulaban quererlo, cansado de sentirse hundido sin motivo aparente.
Cansado de sentirse y estar solo.

Taehyung llamaba,  y cuando pasaban tiempo juntos, él le abrazaba, salían tomados de las manos, se sentía querido.
Luego se marchaba, aquella grisácea realidad volvía y en el piso de nuevo jadeaba cansado de su rutina.

Entre todos sus pensamientos tristes, estaba ella.

En la poca valentía que tuvo el día de la cena para besarla.

—Hey, hey. ——Gaeul golpeo—— 10 minutos, espero que 10 minutos te sirvan.

—¿De qué...?

—Voy a distraer a tu madre, ve a pasar un rato con Chaeeun.

—No, que sean 20.——Jungkook aseguraba——Nos encargaremos de que no suba. Chaeeun ya está arriba,  ¡Date prisa!

Apresuró el paso sin ser tan obvio, buscó entre los pasillos, la casa de Gaeul era grande,  demasiado.
En una sala de pinturas, la puerta abierta le esperaba.

Lo mucho que le encantaba a Jimin ver a Chae mirando las estrellas y contándolas.
Recordó la ocasión en que no podía declararse a ella, aquellos nervios.
—Hoy hay 3 estrellas brillantes solamente...Una de ellas es Yoongi, otra Sungyae y otra Bambi.

—Min...

—"Te ves hermosa".——le sonrió.

No pudo más, la estrechó en sus brazos,  su pequeño cuerpo se amoldaba tan bien al de él,  daba uno que otro apretón.
—Gracias, por lo de la comida, fue un gesto muy lindo, muchas gracias Park.

—¿Te gustó?  Sabía que Godzilla estaría hambriento.
Acabo de pronunciar, su hombro empezaba a ser empapado por las lágrimas de la chica.

Absurdamente, uno creería que harían otra cosa en aquel lapso, en cambio, lo único que podían hacer era llorarse, y abrazarse.

El móvil de Jimin vibró.
—Tu madre ya preguntó por ti, es hora.

—Será mejor que baje yo primero. ——Chae limpiaba con cuidado el residuo de agua en sus pestañas.

Soltando sus manos, la vio darse la vuelta, lista para irse.
—Min.——la detuvo.

—Dime, Park.

—Voy...  A demostrarte que no te equivocaste al escogerme a mi.

Desganado, arrastraba sus pies fuera de la Oficina de su madre, la que estaba vacía, miraba la gran fuente afuera de ella,  paso por la Sala de juntas, todos estaban ahí excepto él.
Hablaban del desempeño de todos ahí, frustrado pasaba la mano peinando su cabello.
Lo mencionaran a él, entonces dirán que no es ni la sombra de lo que comenzó siendo.

Unos golpes lo obligaron a detenerse.
Pateaba el gran aparato de frituras, y maldecia a su vez.
—¡Demonios!  ¡Máquina estafadora!  Dame mis papitas. ——la niña enfadada golpeaba.

Ladeo una sonrisa, encaminándose a ella, pulso un botón y las papas cayeron, les recogió entregándolas.
—A la próxima no olvides que debes apretar el botón rojo para recibir tu alimento.

—Gr-gracias.——haciendo una reverencia sonrió avergonzada. ——¿Usted trabaja aquí?

—Sí.

—¿Podría llevarme a la oficina de la Señorita Chaeeun? ——Jimin se confundió al escuchar eso——Ella me dijo que no saliera de ahí, pero di una vuelta por el edificio mientras vuelve y no sé de dónde salí.

—No hay problema, yo te llevó.

—¡Muchas gracias!

—¿Cuál es tu nombre? ——al notar el cambio de expresión de la pequeña soltó una risa——¡Descuida! Conozco a Chaeeun, soy de confianza.

—Papá y Chaeeun dicen que no hable con extraños, pero ya que  me ha ayudado dos veces le diré ¡Pero no les diga que le dije! Soy Yeji, un gusto,  ¿Y usted?

—Park Jimin, puedes decirme Jimin. ——la niña dejó de caminar, y su rostro cambio por completo.

—Ah, así que es usted. ——habló con molestia.