Capítulo 35: Pájaros

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No importaba cuantos pájaros mataran, aparecían más y más, Ladybug buscaba algún patrón que le dijera dónde estaba el akumatizado, pero no había nada, no importaba cuanto buscara.

- ¿Tienes alguna idea My Lady? – pregunto Cat Noir quien comenzaba a cansarse de pelear tanto.

- Ninguna... ¡Lucky Charm! – grito como último recurso y un vaso de té cayo en sus manos.

- ¿Nos estamos atrasando a la hora del té? – pregunto Cat Noir bromeando pese a que comenzaba a jadear del cansancio.

- Creo que es una pista para buscar ayuda – dijo Ladybug, pero separarse en ese momento no era una buena idea, los pájaros atacaban por todos los lados y a diferencia de las palomas del "señor pichón" estos actuaban independientemente.

- Me pregunto porque el señor pichón es ahora más fuerte – dijo Cat cuando Ladybug tuvo que retroceder y desistir de su intento de huida.

- ¡Más akumatizados! – grito Ladybug.

Las cosas empeoraban cada vez más, ¿Hawk Moth estaba haciendo más akumas? ¿Acaso planeaba repetir lo que paso en la batalla de los héroes?

Para su sorpresa, los akumatizados atacaron a las palomas de ojos rojos, también aparecieron los centimontruos de Mayura, pronto estaban rodeados de enemigos pero... ¿Acaso los estaban ayudando? ¿Por qué Hawk Moth y Mayura los ayudarían? ¿Paneaban robar sus miraculous cuando estuvieran cansados?

Con la ayuda de esos aliados inesperados derrotar a las palomas fue fácil, cuando las aves comenzaron la retirada los centimontruos se desvanecieron y los akumatizados regresaron a su forma original... las mariposas se alejaron.

- Ladubug milagrosa - grito Ladybug arrojando el vaso de té al aire para luego acercarse a una de las personas que habían sido akumatizadas -. ¿Recuerdas que sucedió?

- No... ¡Me akumatizaron!... ¡Pero no estaba molesto! Solo asustado.



En la casa de Luka, ambos chicos ya se habían destransformado y Félix intentaba espantar a las mariposas que sobraron, el bastón de Hawk Moth tenía la habilidad de atraer mariposas y cuando no las había cerca las teletransportaba desde algún lugar lejano.

- ¿Cómo te llamabas? – pregunto Félix al Kwami cuando al fin logro mandar fuera de la habitación todas las mariposas.

- Nooroo – respondió tímidamente el Kwami, Félix frunció el ceño, era cierto que los kwamis al igual que las personas tienen personalidades únicas, pero Nooroo parecía estar asustado ¿Qué era lo que le había hecho Gabriel?

- Mucho gusto Nooroo – dijo Félix intentando sonreír -. Me llamo Félix, hace tiempo fui parte de la hermandad que custodiaba la caja "Sri Yantra".

- Yo te he visto antes... tu eres el hijo de Gabriel Agreste – dijo el Kwami con desconfianza.

- De momento si – respondió vacilante Félix.

- ¡Y te vamos a comer de un bocado! – dijo Sitri haciéndose visible y bajando juguetonamente las patas en la posición que toman los felinos para alistarse para atacar. Nooroo no podía escuchar las palabras del otro Kwami pero su sola presencia hizo que se echara a temblar.

- ¡Sitri! – reclamo Félix -. ¡¿Quieres comportarte?!

- En realidad no – dijo la pantera moviendo los hombros como un gatito observando una pelota.

- ¡Quieto! – ordeno Félix y la pantera dando un bufido se estiró y se recostó.

- Félix... ¿no te parece que tu amigo se está muriendo? – añadió perezosamente la pantera mientras comenzaba a lamerse las patas.

Secretos y omisionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora