Capítulo 64: Aloise Archambault

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Durante siglos ningún extranjero pudo entrar a la Ciudad Prohibida, Félix y Claude rompieron esa regla cuando se infiltraron dentro, pero a excepción de Lin nadie se enteró, ahora luego de perder las dos guerras, China se vio obligada a permitir que los extranjeros recorrieran su territorio casi sin ninguna restricción.

Para cuando llego el año de 1898, Claude llevaba viviendo en la Ciudad Prohibida cerca de siete años con una apariencia que no le correspondía, en su comportamiento, en su acento y en sus expresiones no queda ya nada que de la pista de que detrás de esa apariencia había alguien que no ha nacido en ese país.

La casualidad le había llevado de vuelta a China, luego de recorrer el mundo en busca de su antiguo compañero el Duque Aloise Archembault... que desde hace tiempo ya no ostentaba ese título, dio con él una mañana en el verano de 1881 en la ciudad de Roma, tanto tiempo lo había buscado que cuando se encontró frente a frente con él... solo se le quedo mirando olvidando por completo que quería asesinarle.

-¿Claude? – pregunto Aloise con sus ojos cansados y se hizo a un lado -. ¿Quieres pasar?

-Si... - contesto Claude, definitivamente no esperaba que aquel anciano que era el duque ahora, le invitara tan amablemente dentro de su casa.

-Te vez muy joven – dijo Aloise examinando a Claude he incluso tomando su mano como si la piel suave de estas le resultara fascinante -. Me he convertido en un anciano y tu... apenas pareces un poco mayor al último día que te vi en la hermandad... aunque ahora te vez mucho mejor.

-¿Es que ya no me tienes miedo?

-Ya no Claude, a mi edad... - el antiguo duque se rio y Claude lo miro sin entender, todas esas arrugas hacian casi irreconosible su rostro -. Apenas te llevo tres años pero siento que tengo mucha más edad que tú.

-En experiencia creo que te aventajo.

-Seguramente... y con mucho, pero Claude tú no has envejecido, no has vivido los cambios de la edad, como mucho aparentas treinta y pocos, la vida a ti aún te sonríe y yo... ya tengo un pie en la tumba, la cercanía a la muerte nos cambia más de lo que jamás imaginaríamos – Aloise suspiro y tomo asiento en uno de los antiguos sillones de la casa, todo el lugar tenía un aspecto viejo... pero no era mayor que ellos -. ¿Deseas tomas asiento? Sé que has venido a matarme, he estado huyendo de ti estos últimos ¿cuarenta y un años? Pero ya no tengo miedo, me he cansado de correr, pero antes quiero que conversemos un rato.

-¿Me darás la caja de Sri Yantra? – pregunto Claude sentándose frente al anciano, este negó con la cabeza.

-Ya no la tengo... Sabes quienes la tienen ¿verdad? – Claude suspiro y asintió de nuevo.

-Claro que lo se... ¿Deseas decirme algo más viejo decrepito?

-No te burles Claude, no eres muy menor a mí – dijo el duque y a Claude le pareció que estaba más viejo de lo que debería aunque ¿Qué sabía él sobre cómo se debe ver una persona a los sesenta y nueve años? -. Quería pedirte disculpas.

Claude solo levanto las cejas con sorpresa, nunca se esperó escuchar de los labios del duque esas palabras.

-¿Disculpas? – pregunto incrédulo.

-Si, ser el Duque Archambault era más responsabilidad de lo que yo podía soportar, sabía que Félix hubiera sabido que hacer pero siempre odie que me compararan con él.

-¿Acaso alguien lo hacía?

-Todo el mundo, desde que éramos pequeños, Félix desde que llego resalto entre todos, era inteligente, responsable y muy astuto, yo por mi parte siempre era el segundo, no importara lo que lograra, Félix lo había conseguido antes y a ustedes ni les importaba... la amistad que tenían tú y Félix era también muy bien vista por los maestros.

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