Capítulo 84: Fotografía

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Marinette estaba ayudando a su padre a preparar algunos postres, no había visto a su novio en un largo tiempo y comenzaba a echarle mucho en falta, lo había ido a visitar dos veces pero Nathalie le había respondido que Félix estaba castigado y por lo tanto no podía recibir ningún tipo de visitas, Adrien por su parte decía muy poco sobre su hermano y evitaba el tema, lo que comenzaba a hacer que ella sospechara que había algo más detrás del castigo de Félix.

La puerta se abrió bruscamente y Félix entro a la panadería con aspecto de haber llegado corriendo, pero en cuanto los vio recupero la compostura.

- Buenos días, Marinette, señor y señora Dupain – dijo inclinando ligeramente la cabeza -. ¿Podría hablar con su hija?

- Claro – dijo Tom al que la seriedad del chico siempre le desconcertaba, lo normal seria nerviosismo pero luego de conocerlo por tanto tiempo sabía que no se trataba de eso, también se sintió cauteloso temiendo que trajera noticias que hiriesen a Marinette.

- ¿Quieres hablar en la sala? – pregunto Marinette nerviosa y sin saber que debería esperarse, Félix asintió y la siguió dentro de la casa.

- Te amo Mari – dijo casi susurrando cuando se quedaron solos, ella se ruborizo como de costumbre.

- Yo también te amo – dijo ella y luego dubitativa continuo -. Viniste corriendo ¿Paso algo?

- He concluido con mi castigo – dijo Félix considerando innecesario hablarle a la chica de Bridgette, tal vez consideraba que ella se pondría celosa y no quería arruinar la primera visita que le hacia después de mucho tiempo.

- ¿Y me has venido a ver de inmediato?

- Si.

Marinette le abrazo y lo jalo para poder darle un beso en los labios, se separaron ruborizados y se sentaron en uno de los sillones de la sala.

- Hace dos días hice una pijamada con Alya – conto Marinette con los ojos cerrados y apoyando la cabeza en el hombro de Félix.

- ¿Y de que hablaron?

- Cosas de chicas – Dijo Marinette y Félix levanto una ceja incapaz de imaginarse que eran esas cosas de chicas, algo temeroso de aventurar alguna idea no aceptada en este tiempo porque lo primero que se le vino a la cabeza fue vestidos, bodas y cocina... fuera de eso poca idea tenía sobre que hacían las mujeres en su tiempo libre.

- Marinette... ¿Te casarías conmigo? – Pregunto Félix tomando por sorpresa a Marinette.

- ¡¿Casarnos?! – pregunto la chica levantando la cabeza del hombro de su novio y mirándolo con los ojos completamente abiertos -. Somos muy jóvenes para eso.

- Conozco matrimonios que se han casado tu edad.

- ¡Pero eso fue hace dos siglos! – dijo alarmada Marinette, y luego respirando con serenidad prosiguió más tranquila -. Félix ahora te comprendo mejor que antes, pero de momento casarnos es muy precipitado, esperemos al menos a que estemos ambos ya en la universidad.

Félix se encogió de hombros cabizbajo, sentía que acababa de rechazarle, Marinette noto este cambio y nerviosa busco rápidamente algo con lo que subirle el ánimo.

- Me gustaría mucho pero ya no se usa... además necesitamos el permiso de mis padres para casarme siendo menor de edad – dijo ella intentando que no sonara a rechazo, no quería terminar la relación pero definitivamente aún no se casaría -. Sigamos siendo novios un rato más y luego cuando ya seamos completamente independientes, nos casamos, piensa en... ¿A dónde nos iríamos a vivir?... y.... ¡Ya no sé qué más decir!... te quiero y quiero estar el resto mi vida contigo pero ya nadie se casa a mi edad.

Secretos y omisionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora