Capítulo 73: Excusas

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El duque Chales Archambault revisaba unos documentos administrativos, Talleyrand cada vez participaba menos en la hermandad así que el duque por primera vez en sus 78 años de vida tenía completo poder sobre las decisiones.

Tocaron a la puerta de su despacho y luego de que duque autorizara el paso, Félix algo dudoso entro en la habitación.

- Buenas noches señor duque – saludo Félix formalmente.

- Buenas noches Félix – saludo amablemente el duque, quizá él directamente tuviera poco trato con los miembros más jóvenes de su organización pero Félix destacaba entre todos, poco después de que llegara a la hermandad comenzó a perfilarse como candidato a ser su sucesor, tenía todo lo que se necesitaba para dirigir la hermandad, era inteligente y muy astuto -. ¿Deseas algo?

- Si... - dijo Félix pensando rápidamente en una manera de justificar su ausencia -. Hace poco me ha llegado una carta del señor Reynaud, un conocido de cuando regresábamos de China, dice que tiene un problemas con algunos sucesos extraños que acontesen su casa, sé que nuestra hermandad no es una policía de lo sobrenatural, pero quisiera ayudarle como retribución a lo amable que fue con nosotros hace tiempo.

- Está bien, puedes ir – Autorizo el duque, había escuchado los rumores y el hecho de que el conde de Valois exigiera la presencia del muchacho en el funeral de su esposa le habían hecho prestar más atención de estos, él también había sido joven hace tiempo y le comprendía, quizá un tiempo lejos de París le ayudara a serenarse.

- Muchas gracias señor – dijo Félix muy consciente de lo que debería estar pensando el director de la hermandad -. Tenga una buena noche, descanse.

- Buenas noches Félix – dijo el duque y el muchacho salió fuera del despacho.

El señor Reynaud existía, Félix había dicho ese nombre en caso de que el duque intentara comprobar sus palabras, Claude definitivamente lo recordaría y muy seguramente le resultaría extraño que su amigo haya tenido la confianza suficiente con el conductor del carruaje como para enviarse cartas, pero estaba seguro que Claude no le desmentiría.

Empaco algunas de sus cosas rápidamente, no deseaba que Claude se acercara a hacerle preguntas. Regreso con las manos en los bolcillos y la mirada perdida a la posada donde había dejado a los dos héroes, vio la luz de la ventana de Cat Noir apagarse, la de Ladybug seguía encendida ¿Qué estaría pensado su novia?

- Joven Agrapart – llamo somnolienta la esposa del dueño de la posada -. Ya he conseguido el vestido que me pidió.

- Se lo agradezco – dijo Félix tomando el vestido del mostrador y entregándole unas cuantas monedas a la mujer -. Tenga una buena noche.

- Duerma bien.

Subió las escaleras con el vestido en las manos ¿En algún momento tendrían que des transformarse? Las identidades debían ser secretas... pero ir por la calle junto a dos personas con antifaz llamaba demasiado la atención. Se debatió entre si debía entregarle mañana el vestido o esa noche, no sabía lo que Ladybug le diría... armándose de valor llamo a la puerta de la muchacha, lo había decidido, le contaría que sabe su identidad.

- ¡Tikki motas! – escucho el susurro lejano detrás de la puerta, aparentemente Ladybug se había des transformado, luego de unos segundos la puerta se abrió y la heroína apareció... en este momento preferiría hablar con su dulce y tímida Marinette, aunque ambas chicas eran la misma sentía a ese antifaz como un muro -. Hola Fél... Félix...

- Te he traído el vestido – dijo Félix tendiéndole el vestido doblado.

- Gracias – dijo Ladybug tomando la prenda y luego un pesado silencio se extendió sobre ellos -. Hasta mañana.

Secretos y omisionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora