Secretos y omisiones

Capítulo 76: Nostalgia

Cuando Marinette despertó el sexto día de su estadía en el pasado, se extrañó de que Félix no hubiera venido a verla la noche anterior, "quizá regreso muy tarde y no quiso despertarme" se dijo recordando que Félix había salido a dar un paseo, no lo habían acompañado porque tal vez tuviera que visitar a algunos conocidos.

Encontrar ese lugar dentro de las catacumbas había sido muy complicado, debajo de París se extendían inmensos túneles que durante el imperio romano fueron las canteras. Luego de consultar varios mapas y conseguir los planos de las cloacas que en ese momento estaban siendo construidas, lograron encontrar el lugar donde a varios metros bajo tierra estaría la catacumba que buscaban.

Luego de examinar alrededor y que Ladybug usar su Locky Charm para ver si les daba alguna pista, pudieron dar con la entrada más cercana y llegar hasta la catacumba, pero por más que intentaron, no pudieron regresar a su tiempo, lo que los desmotivo de una manera terrible.

Félix ya estaba esperándolos en el comedor, leía con mucho interés el periódico y apenas se percató de su presencia hasta que ella coloco su mano en el hombro del muchacho, hubiera querido sorprenderle con un beso pero Félix la hubiera regañado diciendo que esos arranque de afecto no debía hacerlo en público este tiempo, además Cat Noir debía estar cerca y aún no era momento que se enterara de la relación que ellos dos tenían.

Félix le dirigió una mirada... ¿Triste? Y solo le dio los buenos días, estaba más callado que de costumbre, parecía estar perdido en sus pensamientos, pocas cosas se dijeron hasta que Cat Noir llego a la mesa, el héroe que casi siempre estaba de buen humor los rescato de ese incómodo y frio momento.

- Ya sé cómo regresarles a su tiempo – dijo Félix bajando el periódico.

- ¿Encero? ¿Cómo lo descubriste? – pregunto con mucho interés Cat Noir.

- Se lo pregunte a un conocido – dijo simplemente Félix -. Luego de desayunar iremos a de vuelta a las catacumbas.

Cat Noir monopolizo la palabra durante el desayuno, Ladybug le hacia uno que otro comentario, pero Félix no dijo nada, lo único que Ladybug pudo notar fue que cuando Cat Noir coqueteaba con ella, Félix lo miraba molesto, pero al contrario que los otros días, no lo reganaba diciéndole que su actitud llamaría la atención.

Después de desayunar fueron a sus habitaciones para revisar que no se les olvidara nada, cosa que ya habían hecho el día anterior y marcharon rumbo a las catacumbas. Entrar sin ser vistos por ese camino era todo un reto, pero con la rapidez nata de los héroes lograron entrar a estas.

- Tenéis que regar un poco de vuestra sangre sobre este lugar – dijo Félix señalando el lugar donde en el futuro estaría el charco de sangre, Marinette comenzaba a preocuparse por su novio, algo le había pasado el día anterior, usualmente es muy serio y hasta inexpresivo pero ahora estaba decaído... incluso melancólico.

Félix les presto la daga que siempre llevaba con él y Cat Noir fue el primero en tomarla, con decisión y ganas de lucir lo valeroso que era se dispuso a cortarse la mano en un corte recto en la palma de esta, pero Félix lo detuvo.

- Allí el corte no te permitirá usar correctamente esa mano ¿No sería mejor que te lo hicieras en un lugar que no te diera tantas molestias? – sugirió Félix -. No sería útil que tengas lastimada la mano cuando vayas a usar el bastón.

- ¿Y dónde debería hacer el corte?

- En el brazo, en la pierna... la superficie es más amplia y limitara menos tus movimientos.

- Bien – dijo Cat Noir que tampoco estaba muy emocionado de hacerse ningún corte a propósito, se arrodillo y haciendo una mueca antes incluso de acercar el cuchillo se hizo un pequeña herida en la pierna, solo una rasgadura, Félix pese a que conocía que su daga era anormalmente filosa, creyó que esta no había traspasado el traje del héroe, pero luego unas cuantas gotas de sangre cayeron de su pierna.