La rubia clavó su mirada en los desafiantes ojos del policía intentando descifrar si el chico sabía algo demás. No era la primera vez que le pasaba, por algo Liam le tenía prohibido involucrarse con oficiales... La última vez que lo hizo el chico termino investigándola y de alguna forma dio con parte de su vida en Brasil. Tuvieron que recurrir a Ruth como ayuda para silenciar al chico. Fue ingenua y por su culpa estuvieron demasiado cerca de perder sus vidas allí.
El silencio se apoderó del lugar, debía ser muy cuidadosa. Si sabía algo y cometía el error de hablar de más, solo le confirmaría cualquier sospecha.
— ¿La verdad? Te acabo de decir todo lo que podrías preguntarme. — Mantendría su faceta sin importar nada.
— Señorita Bach... — Murmuro él, la divertida sonrisa desapareció de su rostro dejando paso a un semblante demasiado serio. Esa situación no le estaba gustando nada. — Supongamos que te creo el que nunca has disparado un arma y lo sucedido fue solo suerte. Los golpes que le proporcionaste a esos maleantes no fueron hechos por una "Experta en artes marciales"
"Comenzaba a molestarme... Mucho"
— Tus ataques era para lastimar de la forma más dolorosa. No para defenderte — Comento con simpleza como si fuera lo más obvio del mundo.
— No iba a permitir que tocaran a Eva — Susurro, debía cuidar muy bien lo que decía. Dejarse llevar por el enojo no la ayudaría en nada.
— Bien... ¿Cómo sabias que ellos se dirigían a esa escuela? — Pregunto con una actitud que le molesto aún más.
Era obvio que no le creía ni una palabra y eso no hacía más que exacerbar su paciencia.
— Creo que salió en todas las noticias, cariño. — Escupió. —Esos imbéciles me arrollaron cuando iba en mi moto, tenía que ir a buscar a mi sobrina y visto el desastre que estaban causando pensé que era un ataque terrorista o algo por el estilo, solo quería llevar a Eva a casa. — Continuo.
El chico solo la miro con esa tonta sonrisa ladina y anoto algunas cosas en la libreta. La estaba desesperando y lo peor era que no sabía si era a propósito o no. ¿Le había juzgado mal? Tal vez no era un novato después de todo.
— Espero haber entendido mal. Pero creo que estas insinuando que yo sabía del ataque. — Espeto sin poder contener más su lengua.
— Para nada. — Esa pequeña forma de entonar las palabras... ¿Se estaba burlando de ella?
— ¿Sabes qué? Me harte de ti.
— ¿Disculpa?
El muchacho elevó la mirada de su libreta completamente incrédulo. Ciertamente estaba en medio de un interrogatorio pero eso poco o nada le importaba.
— Lo que escuchaste. Para el resto de las personas soy una heroína que frustro el secuestro de esos niños. Tú me quieres inculpar de algo que no hice y ya me hartaste. — Chillo, tenía muchas cartas a su favor por lo que no pretendía aguantar a un novato insolente. — Largo — Zanjo.
Molesta y agobiada tomo en sus manos un vaso de agua, necesitaba calmarse. Pero el policía que no parecía salir de su incredulidad, tras unos segundos en los que ni siquiera se movió, dejo escapar una carcajada que le hizo hervir la sangre. Molesta apretó con fuerza el vaso ¿Que era tan gracioso? Si pudiese pararse ya le habría borrado la sonrisa de una patada.
— Chica no estás en posición de echarme. — Se burlo.
— ¿Ah no? —
¡Lo que le faltaba! Eso era todo, su paciencia tenía un límite muy corto y poco o nada le importaban las consecuencias. Una sonrisa maliciosa se extendió en su rostro en cuanto tuvo una idea en mente.
ESTÁS LEYENDO
Irina. Bienvenidos al infierno
ActionIrina era tan solo una niña cuando debió enfrentar la muerte de su madre... Sin nadie que la protegiese no tuvo más opción que convertirse en uno más de los peones de su padre, un hombre sin escrúpulos que no dudara en dañarla para su beneficio. Atr...