Capitulo. 18

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Agitado y sudoroso finalmente logro llegar al lugar, solo había desaparecido por un par de horas y ya su padre le estaba gritando por la radio. Realmente no pensó que ocurriera nada, pues por lo general era una ciudad tranquila, sin embargo nunca faltaba un ladronzuelo tonto para arruinarle el día. ¡Su padre le reñiría por horas! Era su culpa por descuidar el área que le tenían asignada.

Ofuscado por su error emprendió camino lo más rápido que pudo hacia el parque mientras sus pensamientos volaban. Entonces y como si la hubiese invocado con el pensamiento, diviso ante él a la rubia. ¿Qué hacía allí? Hacia solo media hora que se despedía de él en la cafetería y allí estaba de nuevo esa chica tan extraña.

Totalmente confundido bajo del auto y se encamino hacia ella, podría escuchar sus maldiciones a una cuadra de distancia mientras un paramédico luchaba por revisarla.

— ¿Otra vez tu? —Inquirió llevado por su asombro y confusión. — ¿Es que no puedes alejarte de los problemas? — Comento acercándose a ella.

Si hubiese sabido que su día sería una montaña rusa de emociones desde el momento en que la vio, no la hubiese detenido. La situación era subreal.

— ¿Tú qué crees? — Comento la chica con insolencia señalando los moretones en sus brazos.

Para Irina toda la situación parecía un mal chiste y estaba realmente furiosa.

"Conducía con tranquilidad por el lugar, el día era perfecto y extrañamente mi buen humor prevalecía luego del pequeño encuentro con el policía... Mi mente daba vueltas a la situación cuando divise el parque. Ya tendría tiempo luego para pensar que hacer con el chico. Me interesaba más encontrar a Ruth y Eva, pero no la tendría difícil pues sabía perfectamente donde estaba mi pelirroja favorita.

En cuanto logré aparcar, baje de la moto con cuidado y camine por el parque buscándolas. Era un lugar tan agradable, desde el momento en que descubrimos su existencia siempre optamos por venir aquí; los árboles y el sonido de los niños jugando daba cierta paz. Finalmente divisé los juegos favoritos de Eva, podría pasar una tarde agradable junto a ellas después de todo.

Pero de pronto un estridente sonido captó mi atención, mis oídos se agudizaron al percibir que era una alarma de alguna tienda. ¿Un robo? ¿En plena luz del día y en una zona tan concurrida? Debía ser un error del aparato. Sin embargo tal y como yo lo noté, las demás personas del parque también lo notaron. Observar a los padres preocupados buscar a sus hijos mientras el resto de personas comenzaban a dispersarse del lugar casi huyendo solo me provocaba una ansiedad terrible.

¿Realmente era un robo? Podría ir a ver. Tal vez podría hacer algo...

No.

¡Era una locura!

Irina sigue tu camino, no te metas en más problemas. Debí repetirme una y otra vez mientras mis pies retomaban el camino aumentando cada vez más el ritmo. La alarma alteraba a las demás personas que cargaban a sus hijos y se alejaban del lugar con miedo, por lo que debí esquivar a varias personas que incluso comenzaban a correr.

Pero entonces un nuevo pensamiento me detuvo. ¿Realmente las encontraría si se desataba el caos? Ruth no es una cobarde, pero tampoco es imprudente; huiría de una situación de riesgo sin dudarlo más aún teniendo a Eva a su cuidado. Si estoy en lo correcto debe estar corriendo a casa ahora mismo. Debo regresar...

Por supuesto no sé si a ciencia cierta Ruth hará lo que pienso, pero quedarme aquí buscándolas sería un locura. Decidida a regresar me doy la vuelta para intentar llegar hasta mi moto lo antes posible. Pero de pronto en una fracción de segundo un cuerpo solido como roca término estampándose contra mi con tanta fuerza que no tardo en arrojarme al suelo, apenas y pude ver qué se trataba de una personas pues a la velocidad que iba prácticamente me arrolló. El dolor punzante en mi pierna me despierto del letargo, es soportable pero el dolor mezclado con mi nerviosismo termino convirtiéndose en enojo.

Irina. Bienvenidos al infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora