Capitulo. 39

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Por suerte Michael despertó aquella tarde y aunque se encontraba adolorido y débil estaba decidido a levantarse y continuar, así que se encontraban reunidos en la cocina de la casa mientras Alexander vigilaba a la familia. El moreno no entendía nada, lo último que recordaba era una nube de humo y el sonido de las balas por todas partes. Nicolás resulto ser un hombre bullicioso que una vez vio a su sobrino recuperado le conto como Irina y Alexander los habían sacado de ese lugar exagerando todo como si fuera una película de acción. Michael observo a la chica pero no dijo nada.

— ¿Y mis hombres? — Pregunto luego de un largo silencio. Nicolás negó con la cabeza haciendo que Michael maldijera.

— No entiendo como supieron... — Susurro Nicolás. — Entre mis hombres no hay soplones. — Aseguro.

— No creo que alguien les avisara, los policías no querían apresarlos, precisamente. — Intervino Irina.

— ¡Demonios! ¡Lionell es un bruto! — Grito Michael de pronto desconcertando a los otros dos.

— ¿De qué hablas? — Pregunto Nicolás asustado por el grito de su sobrino.

— Ese hombre nunca debió ser el cabecilla de todo esto. — Espeto sumamente furioso, pero al ver que los demás no entendían, aclaro. — Lionell fue elegido por los demás cuando solo eran unos niños, todo por que tus hermanos asesinaron a los adultos. Pero ese hombre no sirve para estas cosas, por su culpa muchos de mis hombres murieron o están en la cárcel.

— Es cierto que Lionell nunca se involucra en estas cosas. Le deja el trabajo a los demás y da órdenes sin saber la realidad. Pero no creo que haya sido tan descuidado — Apunto Nicolás.

— Seguramente abrió la boca cuando no debía y algún grupo enemigo aprovecho para vengarse ¡Menudo imbécil!

— Pues la solución la tienes en la nariz Michael, remplácenlo. — Comento Irina con una simpleza aterradora, los otros dos no tardaron en girar a mirarla.

— No es tan sencillo rubia. No importa cuántas veces Lionell haga las cosas mal los veteranos lo seguirán viendo como su líder y lucharan por él si es necesario. Son viejos y fáciles de derribar pero una guerra interna solo destrozaría nuestra posición y los demás jamás se opondrán a Lionell por respeto — Explico, parecía hervirle la sangre.

— ¿Y si él se fuera por decisión propia? — Pregunto Irina ideando un plan. Debilitarles podría serle útil.

— Jamás lo hará, su familia está muy bien con el dinero que consigue.

Irina comenzó a caminar de un lado a otra pensativa, tal vez podría sacar provecho de la situación... Su mente comenzó a funcionar rápidamente y recordó los puntos débiles que había descubierto de Lionell. Sus hombres lo respaldaban sí, pero si un grupo más numeroso que el suyo intentaba atacarlos nada podrían hacer con un líder tan débil. Exponerlo era su mejor solución.

— Michael tal vez yo pueda ayudarte. — Propuso la chica atrayendo la atención de los hombres nuevamente.

— ¿Y qué pretendes hacer princesita? ¿Meterte en su cama hasta convencerlo de que se vaya? — Se burlo Michael a lo que Nicolás le dio un golpe.

— A ver inútil. ¿Te interesa escuchar lo que tengo que decir? Ó ¿Seguirás perdiendo a tus hombres inútilmente? — Michael no era como los demás tontos, era astuto y no caía fácilmente por lo que no tenía que actuar. Enfrentarse al moreno directamente le daría mejores resultados — Es más que obvio que tú quieres ser quien mande en ese lugar. — Siguió ella intentando picarle.

Irina. Bienvenidos al infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora