Capitulo. 56

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No tenían ni un segundo para recuperar el aliento pues si lo hacían seguramente otra oleada de mercenarios les caerían encima. El moreno disparo al cerrojo y de una patada abrió la puerta, en cuestión de segundos una granada rodó hasta sus pies y apenas tuvo tiempo de patearla. Esta estallo a pocos metros dentro de la habitación lanzando a todos a su alrededor contra las paredes.

— ¡Demonios!

— ¡Cuidado! — Alerto Alexander, al ver como un grupo de hombres salían de la habitación y se les lanzaban encima.

Michael disparo rápidamente al que se le venía encima empujando su cadáver a un lado.

— ¡¿Qué diablos fue eso?! — Grito Michael al ver la enorme destrucción. Aquellos hombres que habían salido corriendo del interior no eran más que niños y ni siquiera estaban armados.

— Son distractores... Están entrenados para esto. —Se lamento Axel.

Tal y como dijo Axel no eran más que distractores pues al momento una granada de humo rodó hasta sus pies sin que lo notara. En segundos los ojos de Michael enrojecieron y su vista se volvió borrosa.

— ¡Irina guíanos! — Grito pues sabía que tenían poco tiempo para salir de esa nube de humo antes de que llegaran los hombres de Sebastián.

— Corre al frente hasta que te diga lo contrario — Ordeno la chica al instante.

Ella conocía esa casa de memoria, incluso más que Axel; pues si bien su estadía fue similar, ella presencio los últimos cambios del lugar, conocía cada escondrijo, pasillo oculto y puntos ciegos. Recordaba perfectamente los metros que habían hasta el salón, sin embargo no sabía que trampas habrían colocado y no podía guiarse de la cámara por el humo.

Michael siguió las órdenes de la chica sin siquiera pensarlo, y a pesar de que comenzaba a ahogarse corrió con todas sus fuerzas. Cuando por fin llego al salón se dejo caer al suelo absorbiendo todo el aire que le permitían sus pulmones, sus hombres estaban en las misma condiciones. Estaban indefensos hasta que recuperaran el aliento... Y hasta el más mínimo segundo podría llevar a su muerte. Axel, al tanto de todo lo que sucedía, rápidamente llamo al resto de los hombres de Michael. Habían diseñado su estrategia para no caer ante este tipo de situaciones. Todos los hombres del moreno estaban divididos en grupos y cada grupo tenía un líder con quien Axel y Ruth se comunicaría en caso de que Michael cayera.

— A1. Posiciones. — Demando Axel reacomodando las posiciones de todos en su simulación por computadora.

— Lateral izquierdo. Divisamos el patio trasero. Veinte hombres al menos. — Informo el hombre al otro lado.

— Michael y su grupo están indefensos. Eliminen a esos hombres y entren por la parte trasera.

— B2 — Llamo Ruth a uno de los equipos que comandaba. — Avancen por el lateral derecho. Divídanse. Grupo 1 encuentren una forma de entrar a la planta baja. Grupo 2 comiencen a escalar. — Ordeno la chica.

Los hombres acataron las órdenes inmediatamente. Las balas comenzaron a volar en el patio trasero arrebatándole la vida a hombres de varios bandos. Algunos luchaban cuerpo a cuerpo mientras otros hacían uso de su puntería, pronto la sangre tiño el cuidado césped y mancho el agua de la piscina... Las bajas terminaría afectado a ambos bandos tarde o temprano, pero aquello poco o nada le importaba a Irina. Un fuerte golpe volvió a alertarla y desde la cámara de Michael logro divisar como el cristal de la puerta trasera se rompía en mil pedazos, sin duda el ataque sorpresa fue la mejor estrategia pues de estar implementadas las defensas jamás hubiesen podido llegar a ellos de ese modo.

Irina. Bienvenidos al infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora