Capitulo. 26

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Alexander miraba el lugar atento a todo lo que hacían los demás, un vacío se formaba en su estómago de solo observar a aquellos hombres que pululaban por la habitación armados hasta los dientes; los vigilaban por lo que debía tener precaución. Además de ello tampoco podía confiar en las personas, que como él, estaban atrapados allí; Liam y Ruth se habían negado en rotundo a explicarle la situación pero a decir verdad no hacía falta, sabía que estaba metido en un buen lio. Aquellas personas terminaron revelando la peor de sus caras, jamás imagino que aquella divertida familia fueran personas brutales dispuestas a todo... En cierto modo incluso sentía pena por los niños.

Su vista se desvío al sofá dónde hasta hace minutos descansaba la rubia, de haber sabido que terminaría envuelto en semejante situación jamás se hubiese acercado a ella por mucho que le gustara, la mirada en sus ojos solo podía compararla con la de un psicópata, estaba llena de odio e incluso era capaz de arrebatarle la vida a otra persona sin inmutarse... Era aterrador.

— Deja de mirar a todas partes como un loco. — Uno de los gemelos se acercó a él a paso tranquilo. — Al fin y al cabo tu no saldrás vivo de aquí chiquillo — Se burló como si de una reunión entre amigos se tratara.

Un escalofrío recorrió su cuerpo, no moriría allí. Debía encontrar alguna forma de salir, esas personas estaban locas, era criminales buscados... Pero si algo en común solían tener todos los criminales era el enorme error de confiarse. Debía mantenerse sereno si quería encontrar una forma de escapar.

Así que dispuesto a volverse invisible en medio de esa situación, se mantuvo en silencio ignorando a aquel criminal; seguramente estaría drogado y pronto se olvidaría de él, pues desde que llegaron a ese lugar le había visto fumarse más de diez cigarrillos sin parar... Si es que eran eso...

— ¿Eres policía verdad? — Pregunto de repente. — Te comportas como uno, analizando la situación... Pero como siempre, eso no sirve de nada. — Volvió a burlarse dándole otra calada al cigarrillo. ¿Qué problema tenía esa familia con las figuras de autoridad?

— Y eso a ti que te importa — Decidió contestar, sin embargo maldijo su lengua luego de unos segundos de silencio. De nada le serviría ser hostil.

— ¡Tienes toda la razón! No me importa en lo más mínimo. — Se rio elevando demasiado la voz para su gusto. — Supongo que solo le tomare foto a tu lindo trasero cuando te maten.

Alexander ya enojado y algo asustado decidió caminar un poco, tal vez lograría escaparse con algo de suerte...

Irina por otra parte se encontraba sentada en la arena frente al mar, era de madrugada y el sol aun no salía, el viento frio a pesar de congelarla también la tranquilizaba. La mantenía en un estado de letargo dónde sus pensamientos parecían congelarse permitiéndole descansar, su imaginación volaba recreando una mil situaciones sobre cómo sería su vida si nunca la hubieran apartado de su madre...

— Tal vez si fue lo mejor. — Escucho una voz tras ella.

Ya no quería escuchar eso, jamás podrían convencerla de ello.

— ¿Que quieres? — Pregunto con sequedad, nunca la había tratado así... Pero ya estaba hastiada de todo.

La morena suspiro y se sentó en la fría arena junto a su amiga, en silencio le permitió llevar su dolor mientras ella dibujaba pequeñas líneas en la arena. Eva jugueteaba con algunas rocas cerca de la orilla lo cual sorprendió a Ruth, pues ni siquiera en uno de los peores momentos de su vida Irina abandonaba a la niña.

— Piensa una cosa, si te hubieras quedado con tu madre ¿Cuanto hubiera tardado para que las mataran a ambas? — Pregunto dejando a la rubia atónita. — Tu madre no sabía pelear Irina, ni usar armas ni nada de esas cosas... No hubiera podido protegerte cuando aun eras una niña. — Hablo sin mirarla. — Entiendo que lo odies, yo no podría perdonarle jamás... Pero gracias a él estas viva, gracias a él pudimos conocernos... Renegar de tu vida sonó te aleja de nosotros, ¿Dónde estaría Liam ahora si nunca te hubiese conocido? ¿Dónde estaría yo? ¿Qué crees que hubiese pasado con Eva?

Irina. Bienvenidos al infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora