Su oído comenzaba a agudizarse y pronto reconoció las voces de Nicolás y Michael, iba a levantarse cuando escucho parte de la conversación por lo que decidió hacerse la dormida.
— Cuando Lionell ya no esté ¿Que pensas hacer?
— Tomar el control. Si les hacemos creer a los hombres que Lionell huyo como el cobarde que es, entonces yo seré quien tome el control de todo. — Aseguro Michael.
— Sabes bien que no me refiero a eso. Algunos hombres poden sospechar, además ¿Cómo resolverás las equivocaciones de Lionell?
— Eso aun no lo sé tío, lo único que sé es que si permitimos que esos viejos inútiles sigan mandando, arruinaran todo.
— Te deseo suerte entonces... — Susurro el otro. — ¿Crees que ella si pueda hacer algo? — Pregunto luego de unos largos minutos.
Mentiría si dijese que les entendía por completo, sin embargo el tiempo que llevaba entre ellos y la similitud de algunas palabras con su idioma madre, le facilitaban las cosas. Sabía que se referían a ella por lo que se mantuvo en completo silencio.
— Se que tú la vez como una niña, pero puede hacer más de lo que crees. Tú y yo entramos a esto por el dinero fácil, ella nació en este mundo y desde pequeña tuvo que aprender a sobrevivir. Sebastián era un verdadero imbécil, sus hijos eran sus mulas. Pero gracias a eso, esos niños se convirtieron en demonios. Es difícil que sientan remordimiento por algo que no les enseñaron que estaba mal, sus cuerpos y mentes fueron entrenados al límite.
— Una elite militar sin escrúpulos... — Las palabras de Nicolás le revolvieron el estomago.
Irina escuchaba con atención ¿Cómo sabia eso Michael? ¿Lionell le había contado? Si lo había hecho era verdaderamente tonto, le convenía que sus hombres creyeran que era una inútil y desamparada chiquilla a la que podían manipular. Sin embargo la aparente admiración en la voz de Michael no le gustaba nada... Ciertamente en su niñez nunca pensó que estuviese mal robar, ser ambiciosa y egoísta, golpear o engañar a otros. Fueron muchos los trabajos que realizo sin siquiera pensar en el peligro al que se exponía o exponía a otros... Pero cuando Sebastián comenzó a involucrarla en las torturas, en las ejecuciones que realizaba, su mente comenzó a cambiar; un vacio se formaba en su pecho cada vez que veía a otros sufrir, tan solo imaginar su miedo, su dolor, le erizaba la piel. Y no era la única, pues durante muchos años fue testigo del conflicto interno de sus hermanos. No eran maquinas asesinas... Eran personas que fueron ahogadas en un mundo sucio, lleno de mentiras, traiciones y demasiada sangre como para asimilarlo.
En cierto modo ahora se daba cuenta de lo que represento para ella alejarse a tiempo de Sebastián, pues durante años el debate a gritos entre su mente y su corazón la destruían lentamente.
— No puedo creer que esa niña este metida en este lio. Tuvo oportunidad de escapar ¿Por qué quedarse? — Nicolás parecía horrorizado.
— No lo sé, pero nos conviene. Lionell está loco por tenerla — Informo Michael. — Es una lástima, me atrae su carácter... — Susurro haciendo a Nicolás reír.
— No me digas que te has enamorado Michael. — Se burlo.
— Eso no es para mí. Además tú la viste, la pobre ya perdió la cabeza por el policía — Se burlo a carcajadas haciendo hervir su sangre. — ¡Demonios!
La abrupta sacudida del auto acabo con su pequeño espionaje, alertada y con los nervios a flor de piel se incorporo observando a todas partes. Frente a ellos había un control de tránsito, los policías revisaban los autos y a sus pasajeros; por lo que Michael no dudo en frenar antes de que pudiesen verlos
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Irina. Bienvenidos al infierno
ActionIrina era tan solo una niña cuando debió enfrentar la muerte de su madre... Sin nadie que la protegiese no tuvo más opción que convertirse en uno más de los peones de su padre, un hombre sin escrúpulos que no dudara en dañarla para su beneficio. Atr...